Crónicas Urgentes
Saldo: no tan blanco
Claudia Constantino
Sin importar las descargas de aguas negras que
se vierten en todo el litoral veracruzano sin previo tratamiento, la fila de
automóviles para llegar a las pocas playas que perviven en la zona conurbada
Veracruz-Boca del Río, es larguísima, el avance es lento y el ruido del reggaeton
se escucha por doquier; es viernes santo.
Por la mañana tembló en el DF y esta
ha sido la noticia que se ha replicado hasta el infinito por las redes sociales
y los medios de comunicación durante todo el día; sin embargo en Veracruz, casi
nadie lo sintió. Un día antes, el Jueves Santo se llevó a Gabriel García
Márquez, del mismo modo que a su entrañable personaje de “Cien años de
soledad”, Úrsula Iguarán:
“Amaneció muerta el jueves santo. La última vez que la habían
ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los tiempos de la compañía bananera,
la habían calculado entre los ciento quince y los ciento veintidós años. La
enterraron en una cajita que era apenas más grande que la canastilla en que fue
llevado Aureliano, y muy poca gente asistió al entierro, en parte porque no
eran muchos los que se acordaban de ella, y en parte porque ese medio día hubo
tanto calor que los pájaros desorientados se estrellaban como perdigones contra
las paredes y rompían las mallas metálicas de las ventanas para morirse en los
dormitorios”.
El Gabo, sólo tenía 87 años y el cariño de millones en el mundo y
miles en México, donde vino a vivir desde la década de los 60. Para el sábado
de gloria la procesión del silencio en el centro de Xalapa, alcanzó una concurrencia
impresionante. La feligresía se desbordó en su ritual sagrado y el llamado de
una fe que insiste en la obediencia a los preceptos, tanto como a los designios
divinos, es sonora y escuchada por muchos miles en el país.
Las playas y las profesiones de fe, estuvieron igualmente
concurridas. La parálisis del país es innegable; las voces de políticos,
voceros e instituciones están de vacaciones. Una quietud organizada con una
maestría, no atribuible a nadie; México vuelto masa, descansa. Los temas de la
agenda nacional, esperan al próximo lunes. Sólo reportes de protección civil,
operativos especiales y las fuerzas del orden es lo que se difunde en los
medios.
Para el domingo de resurrección, las diferentes zonas turísticas
han comenzado a presenciar el regreso de las mayoría de los vacacionistas a sus
lugares de origen; a pesar de que falta una semana más para que las actividades
escolares se reanuden, muchos de los responsables de que este país marche deben
volver a sus labores.
Los gobiernos municipales se apresuran a declarar saldo blanco
durante el periodo vacacional que dan por terminado el domingo de resurrección
y las primeras cuentas alegres se empiezan a imprimir en periódicos y boletines.
El ánimo de los involucrados con la cultura es de pérdida, hoy tocó el turno al
escritor, editor y crítico literario Emmanuel Carballo, de encontrarse con la
muerte.
El resto, siente la pérdida de la evasión de una realidad cotidiana
que le pesa a muchos, a juzgar por las catarsis que se leen cada día en las
redes sociales o se escuchan en las pláticas de café. Antes del puente del 15
de septiembre pasado, los maestros fueron desalojados del zócalo capitalino,
los días de asueto ayudaron a diluir la noticia. Antes del periodo vacacional
de diciembre pasado las reformas de Enrique Peña Nieto, fueron aprobadas por el
congreso en “fast track”. Las vacaciones, como las catarsis colectivas que no
conducen a ningún lado, les vienen muy bien a la “clase política”.
Volver a la realidad para encarar nuevos aumentos y retomar todos
los temas menos gratos que las vacaciones. Despedir a los buenos. Seguir
vigilando a los malos. Veremos cuanto alcanza el refresco de este descanso.
Pero por lo pronto el saldo, no ha sido tan blanco.
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