lunes, 21 de abril de 2014


Crónicas Urgentes

Saldo: no tan blanco

Claudia Constantino

 

            Sin importar las descargas de aguas negras que se vierten en todo el litoral veracruzano sin previo tratamiento, la fila de automóviles para llegar a las pocas playas que perviven en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, es larguísima, el avance es lento y el ruido del reggaeton se escucha por doquier; es viernes santo.

            Por la mañana tembló en el DF y esta ha sido la noticia que se ha replicado hasta el infinito por las redes sociales y los medios de comunicación durante todo el día; sin embargo en Veracruz, casi nadie lo sintió. Un día antes, el Jueves Santo se llevó a Gabriel García Márquez, del mismo modo que a su entrañable personaje de “Cien años de soledad”, Úrsula Iguarán:

“Amaneció muerta el jueves santo. La última vez que la habían ayudado a sacar la cuenta de su edad, por los tiempos de la compañía bananera, la habían calculado entre los ciento quince y los ciento veintidós años. La enterraron en una cajita que era apenas más grande que la canastilla en que fue llevado Aureliano, y muy poca gente asistió al entierro, en parte porque no eran muchos los que se acordaban de ella, y en parte porque ese medio día hubo tanto calor que los pájaros desorientados se estrellaban como perdigones contra las paredes y rompían las mallas metálicas de las ventanas para morirse en los dormitorios”.

El Gabo, sólo tenía 87 años y el cariño de millones en el mundo y miles en México, donde vino a vivir desde la década de los 60. Para el sábado de gloria la procesión del silencio en el centro de Xalapa, alcanzó una concurrencia impresionante. La feligresía se desbordó en su ritual sagrado y el llamado de una fe que insiste en la obediencia a los preceptos, tanto como a los designios divinos, es sonora y escuchada por muchos miles en el país.

Las playas y las profesiones de fe, estuvieron igualmente concurridas. La parálisis del país es innegable; las voces de políticos, voceros e instituciones están de vacaciones. Una quietud organizada con una maestría, no atribuible a nadie; México vuelto masa, descansa. Los temas de la agenda nacional, esperan al próximo lunes. Sólo reportes de protección civil, operativos especiales y las fuerzas del orden es lo que se difunde en los medios.

Para el domingo de resurrección, las diferentes zonas turísticas han comenzado a presenciar el regreso de las mayoría de los vacacionistas a sus lugares de origen; a pesar de que falta una semana más para que las actividades escolares se reanuden, muchos de los responsables de que este país marche deben volver a sus labores.

Los gobiernos municipales se apresuran a declarar saldo blanco durante el periodo vacacional que dan por terminado el domingo de resurrección y las primeras cuentas alegres se empiezan a imprimir en periódicos y boletines. El ánimo de los involucrados con la cultura es de pérdida, hoy tocó el turno al escritor, editor y crítico literario Emmanuel Carballo, de encontrarse con la muerte.

El resto, siente la pérdida de la evasión de una realidad cotidiana que le pesa a muchos, a juzgar por las catarsis que se leen cada día en las redes sociales o se escuchan en las pláticas de café. Antes del puente del 15 de septiembre pasado, los maestros fueron desalojados del zócalo capitalino, los días de asueto ayudaron a diluir la noticia. Antes del periodo vacacional de diciembre pasado las reformas de Enrique Peña Nieto, fueron aprobadas por el congreso en “fast track”. Las vacaciones, como las catarsis colectivas que no conducen a ningún lado, les vienen muy bien a la “clase política”.

Volver a la realidad para encarar nuevos aumentos y retomar todos los temas menos gratos que las vacaciones. Despedir a los buenos. Seguir vigilando a los malos. Veremos cuanto alcanza el refresco de este descanso. Pero por lo pronto el saldo, no ha sido tan blanco.

 

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