Los Políticos
Poderosas, de a devis
Por Salvador Muñoz
Escribí ayer algo sobre las Poderosas y hubo personas que
esperaban ver a otras damas en lugar de las referidas. No sé, quizás bien pude
hacerlo y citar a La Gaviota, por mencionar a una; o a Hillary Clinton, por
señalar a otra, y siendo hasta un poco idiosincrático, hasta Irma, la madre de
quien escribe, o en un plano romántico, hasta de Brenda, “la señora de Muñoz”,
como curiosamente la apodan muchos buenos amigos (acá entre nos, bromeamos
mucho con ese sentido de propiedad que se le da a la esposa).
Pero por ser fin de semana, y en plan de relajo (es decir,
que se relaje, no que vacilemos), hablaremos de algunas “Primeras Damas” de
Veracruz (término mamila que copiamos de los Estados Unidos, creo que único
país donde está patentado).
II
Primero, antes que nada, ninguna de las esposas de nuestros
gobernadores pasados y actuales (sí, en plural, piense porqué), es igual. Su
circunstancia ha sido totalmente diferente y acaso, por allí, haya alguna que
se “asemeje” o que “se hizo maje”. Y sin ninguna otra pretensión que contar lo
que se dice, sin que a mí me conste, dejo a ustedes, lo siguiente:
III
Doña Teresita Peñafiel, la esposa de Rafael Hernández Ochoa,
fue cuatísima de doña Esther Zuno de Echeverría, tan así que dicen que la
impulsó para crear el Instituto de Protección Infantil Veracruzana. Tal amistad
repercutió en que Veracruz fuera receptor de programas sociales y doña Teresita
fue factor importante para que hubiera un enlace entre el gobierno federal y
estatal. Dicen que don Rafael le gustaba mucho la copa, pero nunca amanecía
crudo ¡porque despertaba con Peñafiel al lado!
IV
Esperanza Azcón fue el reflejo de la forma de gobernar de
don Agustín Acosta Lagunes: un DIF austero, práctico, mesurado. Si hay algo que
admirar a doña Esperanza, sería su tolerancia y paciencia. A la fecha, evita
los reflectores. Mujer de Tierra Caliente (así se llama su lugar de nacimiento,
en Guerrero), acabó enamorada de Veracruz y los veracruzanos de ella, que aún
la recuerdan con afecto.
V
Doña Divina Morales, esposa del Hombre Leyenda. Dos factores
primordiales le dieron poco margen de acción al lado del Gobernador: Primero,
ese espíritu policiaco de Don Fernando, que hacía mantener bajo fuerte
resguardo a su esposa, le impedía maniobrar como sus antecesoras; y segundo, los
dos añitos que estuvo su marido la liberaron de toda la escenografía que
implica ser la presidenta del DIF estatal. Entonces, ya saben a lo que le tiran
las esposas de quienes aspiran a suceder a Duarte este 2016 si se da la
gubernatura de dos años.
VI
Otra Teresita, pero ésta Morales, esposa de Dante Delgado.
La dinámica que ejercía su esposo aunado al Pronasol, casi sin querer, hizo que
opacara cualquier actividad que realizara esta dama al frente del DIF.
Discreta, sensata, Teresita hizo lo que tuvo que hacer, porque en ese
cuatrienio nada más había espacio para uno.
VII
Sonia Sánchez vino a darle otra dinámica al papel de la
esposa del Gobernador y más cuando éste, la mayor parte de su sexenio, gobernó
al estilo de Acosta Lagunes: desde el escritorio. Por eso, el dinamismo y
juventud de doña Sonia, mujer activa desde que estaba en Programación y
Presupuesto, no pudo quedarse en la capital de Veracruz y se movía con la gente
sencilla generando cantidad de simpatía. Las dos caras de un sexenio: Uno,
discreto; la otra, alegre… un rostro bonito en una administración tan fea.
VIII
Christian Magnani junto con Miguel Alemán rompieron todos
los protocolos no escritos en gobierno estatal: ¡Besitos de pico en público!
¡Cuándo se había visto eso! La belleza y el glamour de la señora Christian iban
aparejados con su fuerte carácter cuando de hacer las cosas bien y correcto se
trataba. ¡Ah! Y lo más importante: Ninguno opacaba al otro… ambos, aún, brillan
juntos o por separado.
IX
Rosa Borunda vino a exhibir algo que no se había visto antes
en parejas de Gobierno: el ejercicio del poder político a la par de su esposo
Fidel Herrera. Jugaban ajedrez pero cada quien con sus piezas y no sólo en
Palacio de Gobierno, sino igual en el Congreso que en Ayuntamientos. Muchas leyendas
se tejen en torno de “Tía Rosa”, donde se dice que si no la entendían
dialogando, una buena bofetada (“¡por alcahuete!”) les explicaba mejor las
razones de sus enfados. Pero eso es nada más leyenda… La nostalgia por su
Chihuahua y el amor por su esposo, hizo que nos dieran dos hijos: El “Juarocho”
(el veracruzano que vive en Ciudad Juárez, Chihuahua) y la Araucaria de
Sebastián, que viene a ser el sicomoro, árbol con que se identifican los
nativos de ese estado norteño.
X
Y por último, Karime Macías Tubilla. De las citadas, creo
que es la única que ha tenido un hijo en el sexenio. Su poder radica en la
economía y se ve que está ávida por aprender de política. Al igual que su
antecesora, gusta del ajedrez y pone piezas donde no se necesita saber tanto de
grilla como de finanzas. Inteligente, sin duda; glamourosa, pero poco constante
en sus entradas al escenario que la hacen ver intermitente… algunas veces está
y pasa mucho rato para que vuelva a aparecer. Si la nominan candidata a la
diputación por Coatzacoalcos, estaría haciendo historia al ser la primera
esposa de un gobernador veracruzano que continúa en la política tras el mandato
del marido.
Buen fin de semana.
smcainito@gmail.com