DE FACHADAS Y BALCONES
FLORIDOS
Leona
Vicario y los leones
Por Nora Guerrero
Ante la
celebración del aniversario cuarto de la fundación del Club de Leones Xalapa “Leona
Vicario”, padrino del Concurso de Fachadas y Balcones Floridos de Xalapa, me es
obligado cumplir con el compromiso de divulgar la ejemplar participación de
esta ilustre mexicana en la causa libertaria de México.
Reconocida
como Heroína de la Independencia, Primera voz de la libertad de expresión y Primera
periodista de México, la Mujer Fuerte de la Independencia, Única mujer en la historia de México que recibe
funerales de Estado, Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria es que pasa a la
historia nuestra, Doña María Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San
Salvador, mejor conocida como Leona Vicario.
Nació en
1798, en el seno de una familia acomodada de padre español y madre criolla.
Quedó huérfana a los 17 años, al cuidado de su tío que le procuró buena
administración de sus bienes y una educación esmerada. Aliada desde el
principio de la causa insurgente y amante de las letras, publicó en El Ilustrador Nacional que después pasó
a ser El Ilustrador Americano, único
medio por el que se informaba de los aconteceres libertarios. Vicario
financiaba con su propia fortuna lo mismo armamento que la imprenta en apoyo a
José María Morelos y Pavón.
Leona fue informante de los insurgentes pues, su
posición en la alta sociedad le permitía enterarse de cuanto ocurría en la
corte virreinal. Desafió peligros, dio cobijo a fugitivos, envió medicinas,
dinero… En esas lides se enamoró del abogado Andrés Quintana Roo con quien no
la dejó casarse el tío por considerarlo un joven rebelde y sin riqueza.
Descubiertas
sus actividades, Leona fue enviada al Colegio de Belén de Las Mochas, donde las
recluidas eran tratadas en forma inhumana. De allí la rescataron los rebeldes, disfrazada
de esclava.
Ya liberada
y gracias a su carácter fuerte y decidido, casó con Quintana Roo. Pugnó por
publicar el periódico El Federalista,
gran medio de oposición al gobierno de Anastasio Bustamante. Ella se convirtió
en primer corresponsal de guerra por
traer el correo de los insurgentes y formó parte de la organización Los Guadalupes,
entre los que figuraban Hidalgo y Morelos.
Con su esposo vivió los avatares de la guerra por
lo que dio a luz a su primera hija en una cueva. Huyeron mucho tiempo hasta que
en 1818 el matrimonio fue capturado, aceptando recibir el indulto por la
seguridad de su hija. Sinembargo, Leona continuó en la trinchera desde los periódicos El Ilustrador Americano y
el Semanario Patriótico Americano.
En 1823 y consumada
la Independencia, por iniciativa del General Morelos, el Congreso de la
República compensó materialmente a Vicario. Con esto, financió el Periódico El
Federalista, desde el cual se dedicó al periodismo - con Quintana Roo- hasta el
día de su muerte, por lo que es considerada Primera Periodista de México.
A su muerte,
el 21 de Agosto de 1842, Leona Vicario recibe funerales de Estado y cuatro días
después, tras plebiscito, es declarada “Benemérita y Dulcísima Madre de la
Patria”. En 1900, sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas
Ilustres y en 1948, su nombre fue
inscrito con letras de oro en el Muro de Honor del Palacio Legislativo de San
Lázaro.
La ejemplar
mexicana luchó para conquistar la libertad y dio congruencia a las palabras que
acuñó: “Me llamo Leona y quiero vivir libre, como una fiera”. ¡Flores y olivo
para Doña Leona Vicario!