CON EL FRACKING, SOLO DESTRUCCION
Por Manuel del Ángel Rocha
Nos dice
la propaganda televisiva del Partido del Trabajo, que tres millones de
hectáreas serán arrasadas en nuestro estado,
con motivo de la búsqueda y explotación de yacimientos que contengan
hidrocarburos. Bajo la técnica del fracking, o fractura hidráulica, la tierra será bombardeada, utilizando para
ello millones de litros de agua,
acompañada de substancias químicas tóxicas, que de acuerdo a la experiencia de
otros países, no solo afecta la obtención de productos agrícolas, y el medio
ambiente, sino también acarrea graves daños a la salud de cientos de personas.
Envuelta
en papel celofán, para regalo imperecedero, llegó la utopía de la felicidad y
la dicha inmortal, por los mercaderes
del capitalismo global, a través de las
bancadas del PAN y el PRI, que junto con sus partidos satélites, aprobaron
las reformas estructurales, en
particular, sobre los Hidrocarburos.
Bajo la propaganda de que el bienestar perpetuo llegaría al pueblo mexicano,
estos inmorales de la propuesta, responden a los intereses de una economía
mundial, regida por el libre mercado, donde como lo muestran varios países de Europa,
cada día más, la farsa se
convierte en tragedia. Un capitalismo
salvaje, que depreda no solo los recursos naturales, sino también el patrimonio
de familias, que convencidas o no, son
arrastradas por este sistema, cuyos beneficiarios solo son un grupo minúsculo, que desde su cómodo
sillón, desde cualquier punto del planeta,
determina la vida de poblaciones enteras.
La realidad de las condiciones económicas de
cientos de personas en Europa, es de penuria. La versión de la resurrección de la nueva economía liberal, o
neo liberalismo, se ha convertido en un Apocalipsis. Cientos de acreedores de
los bancos, o beneficiarios de créditos
hipotecarios han sido desalojados de sus inmuebles, arruinando ilusiones y
vidas familiares, que los han llevado a vivir en los parques, en la calle, o
pasadizos insalubres. Ello, cuando bien
les va, conservan la vida, porque
también, decenas concluyen quitársela.
La catástrofe es de drama, mientras que para los teóricos de este
sistema, aseguran que la crisis solo es de
coyuntura, aun cuando las guerras de mercado, las devaluaciones competitivas,
los síncopes económicos y las convulsiones políticas, estén presentes y
determinan esa realidad. Grecia quiere tomar distancia de las órdenes financieras, “bárbaras” de la
Unión Europea, y el Fondo Monetario Internacional, y con el triunfo de una
coalición de izquierda radical, rechazan
mantener la crisis “humanitaria” que alcanzó de manera violenta al
pueblo griego.
Pues el fracking, o la fractura hidráulica, es
la amenaza de una tragedia real para la población asentada en más del
40% del territorio estatal, que padecerá, literalmente, un bombardeo
sistemático por la extracción
de los hidrocarburos. Esta población, es en su mayoría indígena y campesina (la
que menos protección tiene de las
leyes), será expulsada de sus tierras, para
vivir en éxodo, y emigrar, no solo a las grandes ciudades, sino también
allende nuestra frontera, buscando
mitigar su pobreza económica, pero poniendo en grave riesgo su existencia.
Con el fracking, se afectará a los grupos étnicos popolucas,
totonacos, huaxtecos y una amplia población náhuatl, situada en el centro y
norte del estado, alterando el derecho
humano al agua, y a vivir en un ambiente limpio y sano. Pero como la fiebre petrolera carece de sentido
común, ni tiene ética, ya los filibusteros aldeanos organizaron
hasta una cumbre de negocios petroleros, pretendiendo competirle a las goliats transnacionales, y obtener alguna participación del reparto de la renta, que con su nivel de competitividad, les
alcanzara cuando menos para darle “bola”
a las botas de los señores oligarcas del capitalismo global. El fracking, representa un eslabón mas de la maquina de
destrucción masiva, de una industria que
avanza entre bonanza, quiebras, especulación, y crisis financiera. Camina
destruyendo otras industrias, oficios y formas de vida tradicionales, sin que
ley alguna logre dominarlo, por el contrario, su promoción impulsa una supuesta
prosperidad, enmarcada en un imaginario nacionalismo, para beneficiar
únicamente a nuevas élites, que surgirán con esta reforma. Es falso que con la
privatización de bienes públicos se logre mayor
competitividad, y mayor
bienestar, como también falso que promueva el desarrollo, la cohesión y
justicia social. Ya se vivió con la fiebre de reformas desincorporadoras
salinistas, y su TLC. Corrupción en grado mayúsculo, nuevos ricos, más
desempleo, y más inseguridad. Con el fracking,
solo más pobreza, más narcotráfico, y más migración. Eso es lo que nos espera,
más de lo mismo; ilusiones para millones, y millones de dólares para los pocos
y nuevos ricos.