lunes, 11 de mayo de 2015


Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
 
Gobernar en las tinieblas
A partir del primero de diciembre de 2004 y hasta el día de hoy, se cuentan por miles las historias de terror y muerte que han soportado las familias veracruzanas. La época de desolación que inició con la llegada de Fidel Herrera Beltrán a la gubernatura, permanece.

Las áreas afectadas que perturbaron directamente la vida de los veracruzanos son considerables: violencia e inseguridad; graves rezagos en salud, educación, finanzas, y otras más.

El escenario más doloroso, el que ha enlutado a miles de familias y que no finaliza, como lo seguimos observando en el norte, centro y sur de la geografía veracruzana; violencia e inseguridad se han arraigado; llegaron para quedarse con secuestros, desapariciones, violaciones, ejecuciones, extorsiones, cobro de piso.

Demasiadas familias que han sufrido los estragos de la violencia coinciden y se cuestionan:

¿Por qué en otras entidades de nuestro país afortunadamente la delincuencia es mínima y porqué en Veracruz llegó y se expandió?

¿Por qué en otros estados pudieron combatir y reducir en forma significativa la inseguridad cruel y porqué en Veracruz no?

El saqueo desenfrenado de las arcas que han hecho funcionarios de la anterior y la actual administración estatal sigue generando un grito de exigencia, generalizado y de desesperación de un ¡Ya basta! La impunidad sigue alentando la corrupción; al fin y al cabo “no pasa nada”.

Del punto de acuerdo que presentó el senador panista Fernando Yunes Márquez, avalado por el diputado federal Alejandro Montano Guzmán; de alguna manera lo había anticipado el senador José Francisco Yunes Zorrilla cuando señaló: “vendrán cosas muy fuertes para Veracruz”; se refería al exhorto a la Procuraduría General de la República. La ciudadanía permanece a la expectativa de que en realidad se concrete la acción penal de la PGR en contra de funcionarios veracruzanos, que aprovecharon la política de “manos libres” de la anterior y actual gobierno estatal, para robar y enriquecerse ilícitamente; apropiarse de los recursos que estaban destinados a los veracruzanos.

Difícilmente hubo alguna área que se escapó al atraco y a los negocios turbios, hasta llegar al grado de cometer fraudes criminales con toda la complacencia, de continuidad como se ha revelado. Dolos silenciosos, con la falsificación de medicamentos de quimioterapia para combatir el cáncer, como ha ocurrido en el Centro Estatal de Cancerología, CECAN, aquí en Xalapa; o el injustificado desabasto de medicamentos de quimioterapia en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Veracruz, que debía haberse aplicado a niños y jóvenes. Irregularidades prolongadas que han provocado la muerte de cientos o tal vez miles de indefensos enfermos de todas las edades; que literalmente han sido asesinados por actos de corrupción criminal.

No hay forma de hacer un conteo de daños; estos son innumerables y monstruosos. Es catastrófico el ciclo de terror y tragedias que han sufrido los veracruzanos. Periodo que comenzó con el arribo de Fidel Herrera Beltrán como Ejecutivo estatal, que familias afectadas se atreven a dogmatizar: para haber causado tanto daño a los veracruzanos, debió haber promovido y engendrado un entorno de oscuridad y tinieblas para “gobernar”.