Los Políticos
El Ferrari negro del PRI
Por Salvador Muñoz
¡Quién lo viera! ¡mentando madres, indignarse, levantarse,
sentarse, aguantar el baño, reír, encabronarse! Se le nota un apasionado desde
que se pone la azul… ¿la camisa azul? “Azul-PRI”, responde y suelta la
carcajada.
Si hubiera que compararlo con un vehículo, sería un Ferrari
negro… ya sube, ya baja, ya saluda, ya dialoga, ya da entrevistas, ya se toma
la selfie. El dirigente del PRI estatal es un líder de a pie, como lo reclaman
las nuevas reglas, las nuevas normas electorales y lo más importante, como lo
reclama el mismo partido.
II
Si los candidatos del PRI han hecho el maratón en términos
políticos, su dirigente estatal ya hizo las 24 Horas de Le Mans. De los 21
distritos electorales, sólo le falta ir, en este proceso electoral, al de
Huatusco, aunque ya lo hizo previo a la campaña. Sabe que tiene que ir... checa
su agenda mientras cuenta, sin que sea excusa, que la secretaria general del
partido ha ido a acompañar a Miguel Ángel Sedas Castro. Aunque Corintia Cruz
Oregón lo apoya haciendo el 1-2 en diversos distritos, se compromete a sí mismo
ir pronto a Huatusco.
Está consciente de que es una campaña atípica, donde ante la
serie de restricciones que hay en el INE para hacer campaña para todos los
partidos, nada más les queda caminar, recorrer las calles, ir puerta por
puerta… convencer.
III
Aun cuando uno tiene la percepción de que los que más han
caminado son Alberto Silva, Tarek Abdalá y Erick Lagos, para él, todo es en
función del distrito. Por ejemplo, nos cuenta que recorrer Zongolica y
Tantoyuca no es tan fácil. Pero todos tienen sus bemoles. Cuenta que estuvo en
Orizaba con Fidel Kuri Grajales. Platica de esa visión de campo político que
tiene el chayotero. Dice que el empresario conoce sus fortalezas, pero mejor
aún: sus debilidades.
Lo veo platicar con Rafael García Bringas en el Desayuno de
la Unidad, allá en Coatzacoalcos, pero igual lo hace con líderes de distintas
agrupaciones, tanto de maestros, taxistas, con militantes, con jóvenes. Se da
tiempo para atender a cada uno de ellos. Sabe que el PRI no es sólo el
candidato, sino cada uno de los militantes del partido. Aboga por la unidad…
Confía en el joven, en el viejo, en la mujer, en cada uno de los componentes
tricolores.
IV
En San Andrés Tuxtla escucha a Jorge Carvallo Delfín cómo se
defendió como “gato panzarriba” en el debate reciente. El candidato del PRI por
los Tuxtlas está convencido de que hay que ir a los debates ¡pero preparados!
Acaba de regresar de un recorrido. Junto con Juan Carlos Perrotín, su compañero
de fórmula, externa el intenso calor que hubo ese domingo. ¡Tenían que parar si
no, se insolaban!
Hablan Ferrari y Carvallo de uno, dos, tres, varios
distritos. Lo mejor, hablan el mismo idioma. Se entienden a la perfección y
conocen a los personajes de uno u otro distrito.
De manera azarosa, el INE pasó a báscula a Carvallo. Salió
bien pero eso no lo exenta de cuidar las finanzas. Bromea el candidato: “Mi
contador parece que es mi peor enemigo” y suelta la clásica carcajada.
V
En el viaje, uno tiene ganas de echarse “un coyotito”, pero
volteo discretamente y Ferrari está checando su teléfono (¿No duerme el
cabrón?, piensa uno). No se pelea con la tecnología ¡y mucho menos con el
humor! Así, puede revisar los boletines y decidir qué foto manejar, como
destornillarse de risa por un meme. Me enseña los “whatsapps” de cada uno de
los activistas y coordinadores de campaña que tiene a lo largo y ancho del
estado. Se mantiene informado a cada rato de lo que sucede en equis o ye
distrito. Las carreteras las conoce a la perfección… “Vamos llegando a tal
pueblo… vamos a pasar por tal comunidad… pasando la loma veremos la laguna… en
quince minutos estaremos en tal punto”.
VI
Son cerca de las 19:30 horas. Estamos en Boca del Río ¡y se
pone la camisa azul! “pero es azul-PRI”, precisa y señala la V roja que cruza
de los hombros hacia abajo. Se encuentra a José Luis Enríquez Ambell y familia.
También al columnista Raymundo Jiménez. Se saluda con Julen Rementería. Ya lo
espera su esposa y sus hijos. Estamos en el Pirata Fuente. Alfredo Ferrari parece
que tiene dos pasiones: La política y el futbol… los vive con la misma
intensidad. Grita, se levanta, se vuelve a sentar. Echa madres cuando cae el
primer gol contra el Veracruz pero también, cuando cae el primer gol de los
escualos, aguanta el baño ¡de cerveza! Bueno… realmente lo aguantamos todos…
hasta su familia.
Alfredo Ferrari está consciente de su papel como dirigente
del PRI. Tiene un objetivo muy claro. Quiere que su partido gane y ésa es su
ventaja… piensa en el partido, no en él; piensa en el militante, no en él;
piensa en sus candidatos, no en él y eso es algo que el PRI hacía rato que no
tenía en su dirigencia: un líder que piensa nada más en su partido y no en su
futuro personal. Es el Ferrari negro del PRI.
smcainito@gmail.com