Miles
de rechazados
Por Helí
Herrera Hernández
plazacaracol@hotmail.com
Twitter:
HELÍHERRERA.es
Esta semana más de 40 mil jóvenes y
señoritas de clase media y baja van a presentar su examen para ingresar a la
Universidad Veracruzana, con la esperanza de sus papás de que lo pasen, dado
que es la única alternativa que tienen para que sus hijos puedan seguir
estudiando una carrera profesional.
Esa
misma esperanza es compartida por estas señoritas y jóvenes que sueñan con ser
ingenieros, médicos, arquitectas, odontólogos, abogados, agrónomos, nutriólogos,
astrónomos y el resto de las carreras universitarias que ofrece nuestra máxima
casa de estudios, y salir con un perfil competitivo para buscar empleo, porque
independientemente de que sus familiares no tienen dinero para poder comprar
una educación de calidad en la escasas universidades que tenemos a lo largo y
ancho del territorio veracruzano, la inmensa mayoría son de un bajo nivel
académico, por no decir que nulo, y en consecuencia un fraude solapado por el
gobierno y las autoridades educativas.
¿Por
qué nuestra Universidad año con año, les niega a casi 25 mil estudiantes la
posibilidad de ingresar a sus ofertas educativas, que sumados a partir del año que
aplican éstos exámenes de ingreso arrojan cantidades superiores al medio millón
de señoritas y jóvenes egresados de las preparatorias, telebachilleratos y
escuelas técnicas? ¿Cuál es la causa o motivación para que estos suceda?
La
respuesta es sencilla: por la aplicación de las políticas públicas educativas
aplicadas desde 1985 por el gobierno del ex presidente Miguel de la Madrid
Hurtado y su equipo de tecnócratas que llegaron al Estado, estudiados y
egresados de universidades que impartían el modelo económico neoliberal, donde
les enseñaron que solo dejando en manos de la iniciativa privada (la que tiene
dinero y es millonaria), todos los
factores de la producción, distribución, cambio y consumo de todas las áreas
económicas, >incluyendo desde luego el educativo<, que les da soporte
para que se mantenga ese sistema, se podría construir un México con mayores
oportunidades de desarrollo social y beneficio familiar.
Les
enseñaron que El Estado debe abdicar de sus responsabilidades de brindarle a la
sociedad Salud y educación de calidad, como nuestra Constitución los obligaba,
abriéndoles el paso a los millonarios de este y otros países para que con sus
hospitales y clínicas privadas desplazaran a los públicos, y para que la
educación que surgió de la Revolución Mexicana fuera avasallada por la que hoy
imparten las normales y universidades privadas, que con mucho dinero se han
posicionado como las mejores de México, dejando morir a las universidades y
normales que El Estado tenía que alimentar con recursos económicos suficientes
para formar a los futuros profesionistas mexicanos.
Y
así, los gobiernos neoliberales de Carlos Salinas de Gortari, de Ernesto
Zedillo, de Vicente Fox, de Felipe Calderón y del que hoy gobierna desde “su
Casablanca”, le han ido recortando año con año recursos a la Universidad
Nacional Autónoma de México, al Instituto Politécnico Nacional y a nuestra
Universidad y Normales veracruzanas, negándoles con ellos el derecho
constitucional que tiene el gobierno de brindarles una educación de calidad a
todos los que quieran estudiar en ellas.
Las
universidades públicas cada vez tienen menos recursos económicos para ampliar
su infraestructura y dar cabida a más estudiantes; cada vez tienen menos dinero
para contratar a más personal académico y administrativo para brindarles a
todos los jóvenes y señoritas que deseen estudiar en sus aulas un lugar; cada
vez tienen menos dinero para adquirir equipos de computo, de laboratorios y de
equipamiento para sus aulas y así, cada vez tienen menos espacios para los
egresados de enseñanza media superior que reitero, son la Universidad
Veracruzana, las normales veracruzanas y los tecnológicos veracruzanos las únicas
alternativas viables y de calidad para que se formen como profesionistas
competitivos, porque sus papás y mamás no tienen dinero para inscribirlos en
las pocas universidades privadas con un buen nivel académico como los tec de Monterrey, la universidad de las Américas, la Anahuac, o ya de perdido la Xalapa.
Los
recortes presupuestales aplicados por éstos gobiernos a la educación pública en
general hacen que todas las escuelas de gobierno, desde kinders, primarias,
secundarias, preparatorias y escuelas superiores vivan de la limosna, de sus
sorteos, de sus cuotas, de las rifas, y de la buena voluntad de alguna persona
altruista que les de dinero para mejorar sus baños, sus bibliotecas, sus aulas
de computo y hasta el techo o las butacas, porque ni los gobernadores ni los
presidentes municipales les quieren dar lo elemental para que desempeñen sus
funciones.
Vemos
todos los días a decenas de maestros de los niveles de educación básica, media
y media superior haciendo fila para entrevistarse con los alcaldes a fin de que
les apoyen con tazas para baños, para pupitres, para pizarrones, o suplicándole
ahora que son campañas políticas al candidato a diputado federal para que les
done una o dos computadoras, convirtiéndose en este modelo económico neoliberal
el maestro en un gestor, en un pedinche, en un gestionador ante las autoridades
o gente de poder económico, en lugar de estar en el aula enseñando.
La
reducción del presupuesto federal para la educación pública en México de los
gobiernos federales esta llevando no solo a cerrarle las puertas a miles y
miles de jóvenes y señoritas para estudiar alguna profesión, sino que esta
empobreciendo cada vez más la calidad educativa en México, porque los arroja y
pone en manos de vivales que han abierto como si fueran carnicerías universidades,
cuyos egresados solo encuentran empleo en tiendas convencionales, con salarios
de miseria, inclusive.
Por
eso urge cambiar al neoliberalismo económico-educativo y quienes los aplican en
México, porque solo así se le abrirán las puertas a las decenas de miles de
señoritas y jóvenes que desean estudiar en las escuelas superiores del país,
con una educación de calidad y resultados.