Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
La primera vez que decidí
abrir una red social quizás tenía 12 años, me parecía increíble poder hacer
amigos de todas partes, subía fotos de todo lo que hacía y sí, aceptaba cualquier
solicitud de amistad. También estoy casi segura de que en ese momento mis padres
no tenían idea de que yo contaba con una red social, porque en ese entonces ni
siquiera creo que haya existido tal término y mucho menos la palabra #Selfie
#HashTag ni Facebook, aunque estaba a punto de ser inventado.
Hoy en día, tener un perfil
en internet parece sumamente común. He tenido la oportunidad de escuchar a
gente decir que “si no estás en Facebook no existes”, y sin duda el internet y
los avances tecnológicos son maravillas que han hecho nuestra vida más simple,
lo sé porque pertenezco a la generación que comenzó corriendo en los parques y
terminó en maratones con una consola, esa generación que poco a poco se hizo
amiga de la tecnología para terminar como su amante o hasta esclava.
En 2008 ocurrió uno de los
secuestros más sonados en el país al hijo del Empresario Alejandro Martí, mucho
se rumoró respecto a cómo ocurrió, Una de las principales hipótesis apuntaba a
que el adolescente hablaba de todo en Hi5.
Con sus publicaciones era un blanco fácil del crimen organizado. Han pasado
casi 7 años de aquel evento que consternó a todo el país, y aunque el tiempo
pasó las cosas no han cambiado mucho.
En la actualidad 9 de cada
10 internautas están en redes sociales, la mayoría de personas pasa más de 2
horas en la red, alrededor de 12 millones de usuarios son menores de edad, y
pocos cuentan con una verdadera supervisión de lo que hacen mientras navegan.
Muchos jóvenes creen que subir una fotografía puede ser algo normal, un hecho
del día a día. El problema está en la falta de conciencia de todo lo que una
foto implica. En la red de Instagram existe
una famosa cuenta llamada RichKidsOfMexico
en la cual todas las fotos que se suben son de personas adineradas del país, lo
increíble es que las fotografías han costado el trabajo de algunos políticos y
figuras públicas que tuvieron que renunciar por el exhibicionismo de sus hijos.
Y si ahondamos un poco más,
descubriremos que infinidad de publicaciones son un perfil de vida, que al caer
en manos equivocadas puede transformarse en un secuestro, estafa, o delitos
sexuales. Actualmente existe un término llamado Grooming, se llama así al ciberdelito de persuadir a un menor de
edad a tener relaciones sexuales, esto pasa con frecuencia cuando las personas
entablan charlas con desconocidos que después de estudiar el comportamiento de
la persona pueden parecer alguien cercano. Una vez que algo está en la red
nunca desaparece, todo se viraliza. Por ello, los padres de familia deben ser
responsables de vigilar las actividades de sus hijos, cuando estos no son
conscientes de los peligros que enfrentan, pero sobre todo hacerles saber que
detrás de una simple #Selfie, o un CheckIn
de Foursquare está su vida, que
vale mucho más que la popularidad cibernética.