PERAS AL OLMO
Manuel del Ángel Rocha
Apenas la semana pasada Sandra Jiménez de la prestigiada
página virtual Animal Político,
escribió, de acuerdo a información
solicitada a la Auditoria Superior de la Federación, que ésta había interpuesto
15 demandas penales en contra del gobierno de Veracruz, por “engañar a la
autoridad, intentando ocultar faltante de los recursos públicos”, cuestionando
de esta manera la afirmación que el 22 de junio del presente año, hizo el
gobernador Javier Duarte de Ochoa. La reportera seguro, de acuerdo a la
información de la ASF, que el gobernador mintió, al asegurar que tales demandas
ya habían sido resueltas, porque afirmo que todo había quedado en sanción
administrativa, efectuadas ante un fedatario, por lo que se exoneraba de la
acción penal a los inculpados.
Sandra Jiménez agrega que ante la solicitud de Acceso a la
Información, con número de folio
00028615, la ASF respondió el 17 de
agosto que las denuncias están en curso, y que los funcionarios del gobierno de
Veracruz “desviaron estos recursos realizando movimientos bancarios, primero,
para simular las solventaciones de las
irregularidades detectadas, y después para retirar los recursos y depositarlos
en cuentas distintas sin que pudieran acreditar el destino final de ellos”.
Para salir del atolladero, “los bueyes huyeron hacia el
pantanal”, porque la transparencia y la rendición de cuenta, no es moneda de
cambio de la administración estatal, lo
que potencializa a funcionarios proclives a la corrupción, que han consentido manipular
información y recursos para beneficiar intereses del grupo, amén de clientelas
políticas, administrativas y consanguíneas. La opacidad va de la mano de la
parcialidad, porque de lo contrario abonaría a la credibilidad y legitimidad.
Es indiscutible que la falta de transparencia inhibe el
desarrollo social, toda vez que los recursos que se aplican a aquellas áreas
donde se requiere la obra para subsanar la carencia de infraestructura de los
sectores más desprotegidos, es desviada para otros fines.
Por ello no podemos pedirle peras al olmo, en tratándose de
información proveniente del propio gobernador Duarte, quien asegura por un lado
que la deuda es de 44 mil millones de pesos, cuando el senador José Francisco
Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, afirma que
por lo menos la deuda de Veracruz es de 80 mil millones de pesos, porque son
“44 mil millones los registrados con el
sistema financiero, pero deuda, hay que decirlo con sus letras, es toda aquella
obligación que compromete recursos futuros; ahí solo estamos considerando lo
que se pidió prestado”. Efectivamente,
de manera olímpica la primera autoridad estatal no contempla los pasivos, que
con documentos en mano, y ya justificadas ante la SEFIPLAN, proveedores,
prestadores de servicios, constructores y personas físicas y morales, deambulan
desesperados en aguardo de que alguien se apiade de ellos y les cubra la
deuda el gobierno del estado.
Y no se puede pedir peras al olmo, porque una cultura del
negocio fácil que se ha estancado en la administración estatal, a costa del
presupuesto público, no puede modificar conductas
que devienen de la misma matriz del. Este comportamiento nada tiene que ver con
la transparencia, ni con la verdad, porque sus valores como funcionarios públicos, obedecen a
intereses de camarillas y caciques, antes que a los intereses de la sociedad, y
de los grupos más vulnerables.
Por ello la ASF afirma que con estas acciones de evasión, el
gobierno de Veracruz “causo daño grave” y se “atentó contra el interés superior
de la sociedad”. Apunta que el gobierno está muy lejos
del buen gobierno, por el
contrario, la sociedad desea un cambio
radical, donde las políticas de
transparencia y rendición de cuentas sean prioritarias en la agenda pública
estatal. Pero la gran pregunta es saber si el gobierno está dispuesto a abrir
sus archivos, para aquellos interesados
conocer a detalle, la deuda de aquellos proveedores que el gobierno omite. Sera
que le falta información, o quizá por
su falta de valor y probidad. Así las cosas, creo que es como pedirle peras
al olmo, que el gobierno descorra la
cortina para ver el verdadero rostro, aunque las evidencias mostradas por la
ASF, son más que elocuentes para saber que estamos hablando de que “se causó
daño grave”, y se 2atentó contra el interés superior de la sociedad”.