lunes, 4 de julio de 2016


El discurso de Enrique Peña Nieto sobre el        populismo, no lo tiene ni Obama.

Por Helí Herrera Hernández.

                                              

            Vaya que tienen razón los católicos en afirmar que uno pone y dios dispone. ¿Por qué lo anoto? Sencillo, porque la madrugada del 30 de junio (2 de la mañana), escribí en mi cuenta de Twitter “Y cayo en la provocación”!!!, Allí sello su suerte. En unas horas Javier Duarte vera como se le desmorona su imperio desde el Congreso”. Esto relacionado con el sainete  que el movimiento de los 400 pueblos le armo la tarde del miércoles 29, frente al Palacio Legislativo a Miguel Ángel Yunes Linares y Ricardo Anaya , gobernador electo de Veracruz y líder nacional del PAN respectivamente, en un acto que supo aprovechar perfectamente el choleño que de tonto no tiene ni un pelo, y que al enterarse al interior del Congreso, cuando daba una conferencia de prensa sobre el fiscal anticorrupción de la presencia de las huestes de Cesar del Ángel, aprovecho para salir por el frente y provocarlos para lograr lo que ocurrió, e irse convirtiendo en el mártir que necesitan los dolidos veracruzanos con el gobierno duartista-fidelista.

         Esa madrugada decidí escribir sobre ese tema mi artículo para este medio de comunicación, porque hay mucha tela de donde cortar por las diversas aristas que este representa, que van desde arroparse Yunes Linares con apoyo popular para entrar con mas fuerza el primero de diciembre, hasta apropiarse  del PAN y del PRD en Veracruz, como ya lo esta haciendo, y ser el gran elector no solo en las elecciones municipales del año próximo, sino las que a él le interesan realmente, que son las de 2018, especialmente porque desea, quiere, pretende y ya lo esta logrando colocar, en dicha elección, a un hijo como candidato al mismo cargo que desempeñará, y a otro como candidato a Senador de la República, no me cabe la menor duda porque lo conozco y más, cuando el priismo veracruzano esta haciendo todo lo posible para empoderarlo. Habrá tiempo para profundizar en estos temas que decidí no ampliarlos en éste, porque déjeme decirle que si Duarte anda mal, Peña Nieto dice quítate que hay te voy, en un duelo donde cada uno de ellos quiere ser campeón en tarugadas.

         Y es que el día anterior don Enrique quiso volver a dar clases de estadista a los mandatarios de Canadá y los Estados Unidos en populismo afirmando: “actores políticos, liderazgos políticos que asumen posiciones populistas y demagógicas pretendiendo eliminar o destruir lo que se ha construido, lo que ha tomado décadas construir, para revertir problemas del pasado” en clara referencia al enemigo público número uno del PRI y del PAN: AMLO. “Los líderes que recurren al populismo y la demagogia”, continúo “venden soluciones fáciles a los problemas del mundo, pero no es tan sencillo”. “La solución que algunos proponen no es destruyendo lo construido, no es optar por otra vía y por una ruta de aislamiento y de destrucción, sino es acelerar el paso a favor del desarrollo….”. Y es allí donde Barack Obama decide interrumpirlo pidiendo “tener cuidado al usar esa definición” y explicando como el entiende ese concepto.

         Obama menciono  que el busco ser presidente y ha trabajado como mandatario “para procurar el bien de los ciudadanos”, y que “todos los niños de su país tengan las mismas oportunidades que el tuvo”, “Me preocupo por la gente pobre, que esta trabajando muy fuerte y no tiene la oportunidad de avanzar. Y me preocupo por los trabajadores que sean capaces de tener una voz colectiva en su lugar de trabajo…quiero estar seguro de que los niños estén recibiendo una educación decente…..y creo que tenemos que tener un sistema de impuestos que sea justo” (que pague más el que mas tiene, menos el que menos tiene y nada el que nada tenga).

         “Supongo que eso me hace un populista” agrego el mandatario estadounidense. “La etiqueta de populista”, apunto Obama “no le queda alguien que no ha luchado por la justicia social, que no se ha preocupado por los trabajadores, ni en alguien que dice algo controversial solo para ganar votos, o que establece un discurso de ellos contra nosotros”. “Ese tipo de personajes” >a las que no han luchado por la justicia social< “están mas cerca de la xenofobia o el cinismo”.

         Durante todo el sermón que le recetaba Barack Obama a Peña Nieto, éste tenía el rostro endurecido, lo miraba azorado, con recelo. Quizás por su mente pasaba la misma escena vivida en Las Naciones Unidas cuando volvió a recitar  lo que los neoliberales se han aprendido de memoria, donde descalifican la aparición de “actores políticos, liderazgos políticos que asumen posiciones populistas y demagógicas, pretendiendo eliminar o destruir todo lo que se ha construido, lo que ha tomado décadas construir para revertir problemas del pasado”. “Venden soluciones fáciles a los problemas que tenemos”.

         No es lo mismo, diría yo, populismo que demagogia, pero esa definición difícilmente la logran entender y/o comprender los teóricos de la escuela de Chicago, que han hecho de la palabro populismo un adjetivo y no un sustantivo. La utilizan para acusar, para señalar a sus adversarios (son un peligro para México), buscando el desprestigio de todo aquel político o académico que difiera del modelo económico que ellos abrazan de la concentración de la riqueza y masificación de la pobreza. La demagogia, en cambio, es el manejo mentiroso de paraísos terrenales sin sustento alguno, sin bases para poder accesar a él, del compromiso del político demagogo cuando afirma que con sus políticas públicas sacará de la pobreza a sus pueblos. Así las cosas Lázaro Cárdenas fue un populista y Carlos Salinas un demagogo, así como todo el resto de los presidentes subsecuentes que plantearon el bienestar como puerto en sus gobiernos, y terminaron conduciendo al naufragio a sus gobernados.

         He visto varias veces el video de la conferencia de prensa de los tres mandatarios y he llegado a la conclusión que Obama decidió, por <motu proprio> poner fin a sus explicaciones al notar que no tenía un interlocutor de nivel. Analíticamente el presidente norteamericano le comentaba lo que es el populismo paso a paso, desde la base de aquel mandatario que lucha desde el poder publico para elevar el nivel de vida de sus representados en salud, libertad, economía y educación. Pero entro en razón cuando alguien le debió haber –soplado- que Peña Nieto no lee, no estudia, y decidió concluir con un nocaut técnico.

         La duda que me asalta ahora es descifrar si don Enrique Peña, después de la zarandeada que le dio Obama, volverá hablar del populismo, si seguirá utilizándolo como herramienta junto a sus partidos aliados del Pacto por México para denostar, a los que nos preocupamos por la pobreza como Barack Obama. De lo que si estoy seguro es que este episodio  le va a generar pesadillas por el resto de sus días.

         Se me queda en el tintero el otro coscorrón que allí mismo le dio Justin Trudeau, ministro canadiense a Peña, donde lo conminó a dialogar personalmente con los maestros para encontrar una solución al conflicto que padece México, advirtiéndole que el los entiende porque es maestro.

         PD.- Mi reconocimiento y felicitación a mi camarada Gustavo Melgarejo Pineda por ese primer lugar nacional de Men´s Physique. Justo reconocimiento a su trabajo de esfuerzo, disciplina y dedicación a lo que ha entregado su vida.