De tumbo en tumbo.
Por Helí Herrera Hernández.
Los primeros 65 días de gobierno del
magnate de las construcciones Donald Trump han sido una clara muestra de
inoperancia gubernamental para el país mas poderoso bélicamente de la tierra.
Sus promesas de campaña en todos los aspectos han resultado un fracaso y así,
el sueño de la minoría norteamericana que voto por el los empieza a llevar al
desencanto pues han ido cayendo una a una las bravocunadas racistas,
económicas, de superpotencia que les ofreció de ser el presidente de Los
Estados Unidos.
Lo
explico: Las órdenes ejecutivas migratorias que firmo desde el primer día de su
mandato han sido suspendidas por ordenes de jueces que las han dejado en
suspenso hasta en tanto no se litigue el fondo de las mismas, es decir, si no
son contrarias a las enmiendas (artículos) de la Constitución estadounidense.
Mientras, todos los ciudadanos de los países declarados por Trump non
gratos siguen desembarcando en los puertos aéreos y marítimos de ese
territorio, lo que se convirtió en el primer fracaso de su administración, a
pesar de todas las rabietas que le vimos y oímos en los medios de comunicación
en contra de las autoridades que las dictaminaron.
Mas adelante y en relación al mismo tema,
precisamente cuando las policías migratorias empiezan a detener, con el
propósito de deportar, a todos aquellos estudiantes indocumentados que amparados
por un decreto del expresidente Barack Obama tenían derecho de permanecer en
Estados Unidos mientras estudiaran, los senadores afines al partido demócrata
presentan una iniciativa en la cámara de lo que forman parte no solo para
detener las detenciones-deportaciones de los conocidos “dreamers”, sino para
legalizar su estancia en ese país, instancia que por lo menos, ya le dio
entrada a la misma.
El
tema del muro no ha sido menor. A su cantaleta como candidato de –México
va a pagar el muro-, y ratificado desde el primer día de su mandato
cuando llego alertar que podría ser a través de un impuesto especial sobre las
exportaciones de México, los personeros de Donald Trump han reconocido ya
públicamente que México no pagará por el muro y que los mas de 12 mil millones
de dólares que costará tendrán que salir de los impuestos que pagan sus
ciudadanos, lo que no tiene contentos a muchos que lo vitoreaban en sus mítines
cuando hablaba del tema.
Sin
embargo las malas noticias para Donald Trump no quedan allí y esa otra promesa
de campaña relativa a que desde el primer día de su gestión iba a iniciar la
revisión del NAFTA (Tratado de Libre Comercio entre Los Estados Unidos, Canadá
y México), porque solo ha beneficiado a nuestro país y ha perjudicado al suyo,
y que de ser necesario USA se saldría de él,
ya también tiene un revés anunciado por el propio Secretario de Comercio
de Los Estados Unidos Wilbur Ross quien anunció que las discusiones con sus
pares de Canadá y México sobre el TLCAN podrían iniciarse hasta finales de este
año, y no como lo prometió su amigo el presidente norteamericano el mismo 20 de
enero.
Esta
determinación seguramente viene precedida del análisis que este multimillonario,
registrado en la lista de Forbes como uno de los hombres mas ricos del mundo,
ha venido haciendo con miembros de su equipo y se han percatado que el TLCAN es
todo lo contrario a lo dicho por Trump, derivado de las estadísticas que
arroja. El año 2013 aproximadamente 14% de las exportaciones estadounidenses
fueron a México, que es mas de lo que fue a Brasil, Rusia, India y China en
conjunto. De hecho México compra mas bienes estadounidenses que el resto de los
países de América Latina juntos, y mas que Francia, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido en conjunto.
“”Al
unir las economías de Canadá, México y Estados Unidos, creo lo que hoy es un
mercado regional de 19 billones de dólares (19 millones de millones) con unos
470 millones de consumidores. Unos seis millones de empleos en Los Estados Unidos dependen del
comercio con México y otros ocho millones del comercio con Canadá””, escribió
Carla Hills para Foreign Affaire, entre otros muchos argumentos para que su
nación no se salga del NAFTA, y que seguramente esta tomando en consideración Wilbur
Ross, para haber tomado la determinación de aplazar la promesa del presidente
norteamericano de revisar desde el primer día de su gobierno el Tratado de
Libre Comercio entre Canadá, México y USA.
Pero
los tumbos del expatrocinador de los concursos miss universo no quedan allí, al
contrario, éstos se vienen profundizando a grado tal, que las diferencias con
sus compañeros representantes (diputados) y Senadores de partido, el
republicano, ya se manifestaron cuando hicieron que Donald Trump retirará del
Congreso Estadounidense su iniciativa para desconocer el >Obama-Care< dado
que no contaba con el número de representantes que se requerían para hacer lo que
pretendía Trump.
Ya
lo había escrito en este mismo espacio hace seis semanas cuando afirmé que los
representantes (diputados) y Senadores norteamericanos representan los
intereses de los grandes monopolios y trusts yanquis, y entratándose de los
laboratorios farmacéuticos éstos iban a protestar con energía frente a la
iniciativa de desconocer el “obama-Care”, como sucedió
vergonzosamente para Donald Trump al pararle esa iniciativa sus propios
compañeros de partido.
El
colofón vino a ser el trato déspota, prepotente y misógino de Trump frente a la
primera ministro alemana Ángela Merker, cuando al termino de sus platicas, en
público, frente a cientos de representantes de la prensa nacional e
internacional se negó dos veces a estrecharle la mano, en un acto no solo de
descortesía diplomática, sino de misoginia pura que no oculta ni en esos
niveles y que le traerán problemas
serios no a Trump, sino a los estadounidenses en sus relaciones con esta nación
germana que se ha convertido en la locomotora que empuja las economías de
Europa.
66
días de gobierno de Donald Trump que no se han manifestado en un solo acuerdo trascendental
para mejorar la economía estadounidense, ni para sanar las heridas que dejo su
discurso de campaña y sus primeras acciones de gobierno. Si algo requería la
sociedad norteamericana era sanar sus heridas internas ocasionadas al tener al
segundo presidente de Los Estados Unidos que aun perdiendo la elección
alcanza, por sus mecanismos electorales la Presidencia de ese país. Trump ni
siquiera ha reparado en ello, que fue electo presidente por la minoría de los
ciudadanos norteamericanos.
De
allí que hoy se hable en los lugares de concurrencias públicas
Estadounidenses de que Donald Trump, si
acaso, durará solo dos años en el presidencia, porque al parecer, su suerte ya
esta echada.