
Ricardo Vázquez Salazar
“Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único…”
“Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único… Imagina que no hay posesiones, me pregunto si puedes. Sin necesidad de gula o hambruna, una hermandad de hombres. Imagínate a todo el mundo, compartiendo el mundo...”. Tal vez no haya necesidad de hacer mención, de cualquier manera, es parte de lo que escribió John Lennon y grabó en 1971, Imagina, una de las melodías de mayor éxito y de las más cantadas alrededor del mundo.
Cuesta trabajo escribir y abordar una vez más el tema de la violencia que azota varias entidades del país y en particular la nuestra. El ataque violento que sufrió el periodista Armando Arrieta Granados, jefe de redacción del periódico la Opinión de Poza Rica, la madrugada de este miércoles, vuelve a agitar al gremio periodístico.
Como ya lo han dicho, Armando Arrieta es un hombre de bien, que comenzó su carrera periodística siendo apenas un jovencito. No se mete con nadie, dedicado a su trabajo, en el periódico y como catedrático en la UV.
¡Por favor no disparen al pianista, está haciendo lo mejor que puede! Es la frase que describió Oscar Wilde en “Wild West” uno de sus relatos de viajes por Estados Unidos, como un cartel colgado que había en un Salón de Baile de Leadville, Colorado. Es decir, un salón del Salvaje Oeste de las películas de toda la vida. Una analogía más –permítase- pudiera ser lo expresado en Antígona de Sófocles diciendo: “Nadie ama al mensajero que trae malas noticias”.
Si bien vivimos en una sociedad que no pertenece al Salvaje Oeste ni a la tragedia griega, válgase la aproximación, es por hacer referencia al trabajo periodístico que Armando desarrolla, como siempre lo ha hecho, de la mejor manera. Su profesionalismo, responsable y objetivo, es lo que lo ha caracterizado.
Si la razón es por las malas noticias y los señalamientos que Arrieta Granados daba a conocer, con el mejor de los desempeños, es muy lamentable. Corresponde a las autoridades realizar las investigaciones respectivas para dar con los agresores.
El periodismo se ha convertido en la profesión más peligrosa del planeta. Algunos medios de comunicación alrededor del mundo ya han tomado la decisión de no enviar corresponsales de guerra a zonas en conflicto, otros le piensan, por la razón de que las muertes no son provocadas por balas perdidas, sino porque las agresiones son directas y con toda la intención hacia periodistas.
De alguna manera es una guerra la que se vive en algunas regiones de nuestro país y en alto grado en Veracruz, es innegable.
La delincuencia organizada llegó hace poco más de una década, encontró las puertas abiertas, se avecinó y dijo: ¡De aquí soy! Las raíces que echó son profundas y por lo mismo está costando demasiado trabajo arrancarlas.
La situación de violencia e inseguridad es muy grave para el periodismo veracruzano, y para la sociedad en general. No hay garantías para nadie. El llamado que hace el Ejecutivo estatal de solicitar nuevamente la intervención del Gobierno Federal para reforzar las medidas de seguridad en Veracruz, son con la esperanza de tener una respuesta positiva y oportuna. Por el bien de todos.
Por fortuna el pronóstico médico es favorable para Armando, pedimos al Creador se recupere pronto y totalmente.
“Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único… Imagina una hermandad de hombres. Imagínate a todo el mundo, compartiendo el mundo...”, idealizaba el pacifista John Lennon. Sin corrupción ni violencia, cabría agregar.
rvazquez002@yahoo.com.mx