O
P I N
I Ó N
Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
-
Solalinde expuso al Fiscal.
Finalizamos esta
décima segunda semana del 2017, un año más de contienda electoral, con
información lamentablemente una vez más, negativa. Pues la visita del sacerdote
Alejandro Solalinde Guerra, de los pocos verdaderos defensores de los derechos
humanos que hay en este país, no dijo nada nuevo sobre lo que ya conocemos
aquí, tanto las autoridades estatales como la población, con relación a los
miles de desaparecidos en esta entidad, así como el alto índice de trata de
personas, menores y mayores de edad, que se da en estas tierras.
Pero
independientemente de lo señalado la importancia de la interesante visita
radica en que los señalamientos que hizo, que no son nuevos, sino son los que
había efectuado desde los gobiernos del nefasto Fidel Herrera Beltrán y el
actual prófugo de la justicia, el enfermo delincuente Javier Duarte de Ochoa.
Cuando expresó, que grupos de la delincuencia organizada siempre han trabajado
con la complicidad de las instituciones de este estado, información que conoció
a través de un audio de un operador de los Zetas, que se entrevistó con un
servidor público de la Secretaría de Gobernación, en donde daba a conocer que
Herrera Beltrán era el Zeta Uno y el más beneficiado con los secuestros.
Información también ya publicada en algunos medios, pero que de alguna forma
vuelven a poner como tema de primera importancia, entre la población
veracruzana, el de los secuestros, levantones y extorsiones, el de la seguridad
pública de esta entidad.
Así como también,
la no atención que de parte de la actual administración estatal, a través de la
Fiscalía General del Estado, se mantiene con las organizaciones de familiares
que buscan a sus hijos, hermanas, padres, tíos o sobrinos desaparecidos. La que
ha llegado al grado de que éstas organizaciones no gubernamentales, hayan
calificado al titular de esa dependencia, Jorge Winkler Ortiz, de que “se
siente de otro planeta”. Calificativo muy grave y más aún cuando se le hace a
un servidor público del nivel y la responsabilidad que tiene el considerado
abogado de los veracruzanos. Pues esta consideración, por la responsabilidad
que implica, de primera intención debe considerarse como una persona con una
sensibilidad humana importante, además de la preparación académica que se
requiere sobre el tema.
Lamentablemente para
Winkler Ortiz, durante la semana que hoy
llega a su fin las organizaciones no gubernamentales como Solecito de Veracruz,
Desaparecidos Justicia A.C. Querétaro, de esa entidad federativa y el sacerdote
Solalinde Guerra, se han expresado mal en relación al comportamiento y atención
como servidor público del Fiscal veracruzano y no sin razón. pués los hechos
están a la vista. Lo que también influirá en la imagen del Estado de Veracruz a
nivel no solamente estatal, sino también nacional e internacional, pues el
Padre Solalinde -como se le conoce en
el país y el mundo- lo que dice y
opina tiene repercusiones en todos esos niveles de información.
Pero que tan
culpable es el abogado Winkler Ortiz, de todo lo que le esta sucediendo?
Definitivamente tiene responsabilidad, solamente para comenzar por el hecho de
haber aceptado el cargo. Pero también la tiene su jefe Miguel Ángel, pues no es
lo mismo ser abogado litigante, por bueno que sea, que ser un servidor público
de ese nivel.
El litigante trabaja con el objetivo de ganar
dinero y de tratar de que se imparta la justicia de la forma más honesta y
justa posible (en ese orden). Y generalmente solo atiende un cliente a la vez,
aunque a veces son varios, pero no enfrenta el número de problemas que tiene
que resolver un fiscal. El litigante también, generalmente es su propio jefe y
no tiene que rendirle cuentas a nadie, más que a quien lo contrató. Con la
ventaja, de que si quiere tomar un caso lo hace y sino no, y nadie le puede cuestionar
tal decisión, El Fiscal obviamente no. Pero independientemente de éstas y otras
muchas más razones, la sensibilidad política que está obligado a tener el
fiscal, el litigante no. Y es ahí en donde está la gran diferencia. El
litigante si es educado e inteligente tratará bien al cliente lo contrate o no,
pero el fiscal no puede comportarse así,
pues al ser “el abogado de los veracruzanos”, está obligado a tratar con
decencia y atención a todos, pues para ello tiene un jugoso sueldo y demás
prestaciones. En cambio, el litigante si no es educado e inteligente, tratará
mal al cliente y por lógica lo perderá, pero lo que sucederá es que no ganará
ese dinero y lo más que lo demanden y ya.
Por lo anterior
debemos entender el comportamiento que el Fiscal del Estado de Veracruz tiene
con las personas que se le acercan, él está acostumbrado a tratar a clientes,
que no es lo mismo que un ciudadano y que además está muy afligido y en
ocasiones desesperado por los problemas que tiene y le va a exponer. Es por ello
que posiblemente Winkler Ortiz no se esté comportando con las personas que le
solicitan una audiencia como debiera y no por incapaz o mal educado. Pero de
que está haciendo las cosas no como debiera, las esta haciendo mal. Todavía se
está a tiempo de corregir o cambia de estrategia o Miguel Ángel de Fiscal.
Hasta el lunes. noti-sigloxxi@hotmail.com