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Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
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¿Por qué, candidatos reciclados y
corruptos?
Como se esperaba,
porque siempre ha sido así, la efervescencia clásica de las elecciones para los
212 gobiernos municipales veracruzanos, está comenzando a presentarse con una
muy interesante peculiaridad, una gran pobreza de parte de los partidos
políticos participantes en cuanto a candidatos.
Pobreza, no desde
el punto de vista económica de todos los que desean contender, pues por lo
general este tipo de candidatos siempre tienen para dar y prestar, pues si no
fuera así, como le harían para pagar todos los gastos que se tienen que hacer
para obtener la nominación del partido por el cual desean contender, así como
lo que corresponde a las precampañas y posteriormente a las costosas campañas.
La pobreza no es de
los contendientes, es de los partidos políticos participantes. Y tampoco es que
éstos no tengan dinero para el proceso electoral, pues para desgracia de todos
los mexicanos, las llamadas prerrogativas, que son bastantes jugosas y que han
enriquecido a más de un “dirigente” partidista, salen de los impuestos que
pagamos todos los ciudadanos y que generalmente estamos en contra de los
“elegidos” por cada partido político para participar en los procesos electorales.
Es la gran pobreza
que tiene la mayoría de cada partido político de este país, en cuanto a la
calidad de sus militantes. Pues la mayor parte de éstos, sino es que todos, la
tienen que soportar debido a que su antidemocrática vida interna, sus
corruptelas, y arreglos en lo obscurito, que van, desde la venta de cada
candidatura, hasta la imposición de familiares, amiguitas y amiguitos a las y
los cuales se tiene que beneficiar por
así haberlo prometido, durante la negociación y al inicio de la relación. Es lo
que realmente ha provocado la pobreza de cuadros al interior de cada instituto
político.
Es por lo anterior
que no debe extrañarse el electorado veracruzano, en cuanto al reciclamiento de
candidatos, siendo algunos de ellos, lo que se llama “cartucho quemado” en
algún otro partido, o integrantes de las corruptas administraciones estatales
anteriores de esta entidad o simplemente los conocidos “chapulines” de la
política veracruzana.
Si cada partido
político en realidad se diera a la tarea de aceptar como militantes a personas
que verdaderamente tienen el deseo de trabajar en la administración pública -trabajar en la administración pública, no
robar_ desde que cualquier persona
tratará de formar parte de cualquier partido, le debería hacer una serie de
exámenes que tuvieran como objetivo encontrar este deseo, además de ponerlo a
prueba durante algún tiempo desempeñando este tipo de trabajo, para saber si le
gusta y no regalar credenciales al por mayor, para después tratar de apantallar
a los incautos con que su padrón de militantes es el más grande.
En otras palabras
que hubiera una especie de carrera política partidista en la que cada militante
con el paso del tiempo pudiera ocupar las posiciones superiores por habérselas
ganado, tanto con trabajo, como con capacidad en conocimientos y desarrollo
político. Lo que para la mayoría de los que actualmente se ostentan como
“políticos” puede sonar utópico. Pero esta utopía es la única forma de llegar a
tener partidos políticos reales, fuertes, verdaderos. Y no pase lo que en la
actualidad, que de dirigente de cualquiera de estos se designe por dedazo algún
amigo, el que generalmente llega al cargo rodeado de más amigos y estos de
otros más. Que generalmente no conocen nada del trabajo partidista, el cual es
muy pesado y difícil, pero desplazan a los que ya están ahí, desarrollando bien
su trabajo y al correrlos echan todo a perder.
Ésta a grandes
rasgos es la triste realidad de los partidos políticos de México, por lo que es
muy difícil que puedan llegar a tener cuadros políticos importantes para las
contiendas electorales y siempre tienen que improvisar con las consecuencias
lamentables que todos hemos sufrido y conocido. Hasta el viernes. noti-sigloxxi@hotmail.com