Por Heli Herrera Hernández.
El Partido Revolucionario Institucional
cumple 88 años de los cuales 72 han sido teniendo el poder de la nación. De
todos ellos podría afirmar que 47 fueron impactantes para el desarrollo de
México (1929-1976), alcanzando a generar bienestar social; los siguientes 9
(1977-1985) se tradujeron en el alejamiento de sus principios, y el resto han
sido su propia tragedia al entregarse a la doctrina de la derecha, adoptando el
neoliberalismo como estructura económica, a grado tal que sepultaron los
postulados de la revolución mexicana con la ayuda del PAN, creando desde el
Congreso de la Unión una nueva superestructura jurídica que le dio vida a ese
modelo económico que ha multiplicado la miseria, la pobreza, golpeado
severamente a la clase media que ha ido pauperizándose y ha concentrado la
riqueza cada vez en menos gentes.
Su
ruta ha sido zigzagueante porque la corrupción hizo escuela en sus militantes y
dirigentes y la compra y coacción del voto fueron el oxigeno que le dio vida
todos estos años. De no haber sido así ni siquiera hubiera llegado a entregarle
en el año 2000 el poder a su gemelo ideológico el PAN, con quien inicio un
amasiato a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y quienes no se
diferenciaron en nada, absolutamente en nada de ellos porque abrazan los mismos
objetivos.
Dejo
de ser la locomotora que impulso el Estado de Bienestar para convertirse
en el cabus que ha enterrado con sus políticas públicas las esperanzas del
pueblo de México de aspirar a una vida digna y humana. Hoy, el PRI es mofa de
la sociedad quien le advierte desde distintos escenarios que para la elección
presidencial de 2018 solo será mero testigo de un contienda ajena, allí esta el aviso en los comicios del año
pasado donde perdió prácticamente todo.
Es
ridículo a estas alturas el discurso que pronuncio Enrique Peña Nieto el
domingo en el aniversario 88 de su partido, cuando augura carro completo en los
comicios del próximo cuatro de junio en los Estados de Veracruz, Nayarit,
Estado de México y Coahuila. Lo toman sus propios militantes como una inyección
de fantasía, locura y esquizofrenia que no toma en cuenta ni siquiera que de
nada le sirvió recuperar la presidencia de la república, pero nunca hizo
gobierno porque siguió con las viejas prácticas que hicieran que en el año 2000
lo perdiera.
Restauro
viejas prácticas como la corrupción de la inmensa mayoría de sus funcionarios
públicos, no solo de sus gobernadores prófugos. Pacto con los que han
participado en los entierros del Estado
Benefactor que fincó el milagro mexicano, para entregarle, a valores
entendidos el poder, a sabiendas que profundizarían un modelo económico
inhumano. Mintió al pueblo haciendo creer que sus reformas estructurales ahora
si salvarían a México, no pasando demasiado tiempo para demostrar sus fracasos.
Anuncio paz social a través de una reingeniería de seguridad pública y hasta el
día de ayer lleva acumulado 28 mil 231 asesinatos, sin contar secuestros,
extorsiones y otros delitos dolosos.
¿Que
hay que festejarle al PRI en su cumpleaños 88 después del desastre nacional en
que nos encontramos, y que solo el primer priísta se atreve a vanagloriar? ¿El
entorno económico cifrado en una devaluación del peso frente al dólar de mas
del 40 por ciento? ¿El recorte al gasto público que se traduce en menos
medicinas, menos hospitales, menos material quirúrgico, menos enfermeras, menos
médicos, menos escuelas, menos material escolar, menos profesores, mas el
fracaso de la reforma educativa? ¿Los normalistas desaparecidos de la escuela
normal rural de Ayotzinapa? ¿La adquisición fraudulenta de la casa blanca y la
casa de Malinalco?
Solo
ellos no ven que ha dejado de ser un partido competidor, sin fuerza ni vigor
salvo en algunas regiones del país, como en el Estado de México o municipios de
mediana densidad, porque las grandes capitales ha dejado de gobernarlas desde
hace varios años (ciudad de México, Guadalajara), demostrando una incapacidad
de articulación derivada de sus vicios internos.
El
Partido Revolucionario Institucional solo cumple años mas no compromisos de
campaña y de gobierno. Ya nos acostumbro a millones de mexicanos a ello
porque no se le observa como un instituto político reflexivo capaz de aprender
de sus errores, como si su ADN ya estuviera contagiado de una enfermedad
incurable que solo lo salvaría, como su historia misma lo demuestra, con un
cambio de siglas que pudiera darle una nueva imagen y enterrar, de esa forma,
todo su oscuro pasado.
Lo
intento Carlos Salinas de Gortari en las postrimerías de su mandato cuando
observó que se encontraba divorciado del pueblo de México y veía acercarse su
declive, quiso transformarlo en partido Solidaridad pero ni siquiera tuvo los
arrestos para lograrlo. Atrás han quedado el PNR y el Partido de la Revolución
Mexicana que fueron reinventados por un Lázaro Cárdenas para convertirlo en un
partido popular y de clase media, pero nunca de los grupos de poder económico
como hoy sucede, donde sobran los priístas empanizados y los panistas
en-prisados.
El
país no se construye con discursos sino con hechos. El vertido ayer domingo por
el presidente Peña Nieto en sus 88 aniversario es uno más del PRI-gobierno, que
mas que sembrar confianza, fuerza, confianza y vitalidad a sus huestes, por el
tono triunfalista, deja en ellos un claro mensaje que su partido se encuentra
en los estertores de su muerte, porque quien lo pronuncia es el principal
lastre que los arrastra al sepulcro político.plazacaracol@hotmail.com
Twitter: HELÍHERRERA.es