viernes, 21 de abril de 2017



Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
Lo que se podría recuperar se evapora
Demasiadas interpretaciones puede tener la imagen en la que aparece el reo Javier Duarte de Ochoa tirado en la batea de una camioneta para mover delincuentes, al momento de ser trasladado de la cárcel de Matamoros a la Torre de Tribunales en Guatemala. La descripción de la foto habla de que Duarte cayó literalmente al piso del vehículo en movimiento. Escena muy distinta de cuando Duarte descendía de una lujosa aeronave o vehículo blindado en los que a diario se transportaba, mostrando sus aires de arrogancia indestructible.
Duarte llegó a sentirse invencible. Se fue de bruces y por eso cometió demasiadas estupideces. Pensó, como siguen muchos pensando, que el poder es eterno. Nunca quisieron entender que si la vida misma es efímera y pasajera, con mucha mayor razón lo es un cargo y el poder que este concede.    
Decíamos en este espacio el día de ayer acerca del incierto trato que vaya a recibir Duarte una vez que se encuentre en un penal Federal de nuestro país, que probablemente sus compañeros reos no sean nada amistosos con el exgobernador, por sus brutalidades cometidas. Las crónicas de la salida y regreso al penal guatemalteco de Matamoros se refieren a que los de la mara salvatrucha presos en ese lugar, le gritaron a Javier Duarte todo tipo de insultos, hasta recordarle a su progenitora, lo que podría ser una prueba de lo que en México le espera con la comunidad penitenciaria.
Se requiere dinero en demasía para solventar los gastos que la familia Duarte ha desembolsado y sigue costeando hasta estos momentos.
Por un lado, contratar a un bufete de abogados de los más reconocidos de México no debe resultar como ir de compras restringidas a un “outlet”; la defensa contratada  debe cotizarse con toda seguridad en dólares, por tratarse de atender un caso en otro país, más todos los gastos que para ello implica. Lo que nos lleva a concluir que son millones de dólares lo que Javier Duarte ya ha empezado a desembolsar.
Por otro, el supuesto cambio de residencia a Londres por tiempo indefinido, de Karime Macías de Duarte con sus tres hijos y al parecer con su círculo familiar más cercano, tampoco saldrá como haberse ido a vivir a un fraccionamiento del Infonavit; se movieron a uno de los países más caros del mundo.
Hasta este momento se desconoce cuál es el destino final de Karime y su familia, si se hayan trasladado a Escocia, Irlanda del Norte, Gales o permanezcan ahí mismo en Inglaterra, además de que no se puede descartar que de Londres hayan volado a alguna nación con la que México no tenga celebrado un tratado de extradición. Por lo que Karime habría concretado su mantra más reciente: “Sí merezco escapar”.
En ambas situaciones: el equipo de abogados contratado por Javier, así como el cambio de residencia a otro país por parte de Karime, representarían fuertes  desembolsos de dinero, en dólares y euros.             
Las llaves de abastecimiento de recursos para Javier Duarte y toda su familia se antojan como fuentes inagotables.  
Los manantiales de dinero de los Duarte-Macías son, además de interminables, muy complicado para identificarlas.
Todo ese mundo de dinero que Javier Duarte y familia continúa despilfarrando y disfrutando, es producto del atraco desmedido a las arcas estatales, recursos que debieron haber llegado a manos de los veracruzanos.
Es dinero que se tenía contemplado recuperar y devolver a la población, es riqueza ilícita que se evapora o se esfuma.   
rvazquez002@yahoo.com.mx