jueves, 20 de abril de 2017



Esfera Política
Por Ricardo Vázquez Salazar
 
Duarte y sus futuros “roomies”
Una persona preguntaba a quien esto escribe si una vez que trajeran a México a Javier Duarte permanecería en una celda de máxima seguridad como tenían a Joaquín el “Chapo” Guzmán, si lo vigilarían como un reo de alta peligrosidad. Mi respuesta fue que Duarte está clasificado por la ciudadanía como un sujeto de alta peligrosidad por su paso como gobernador, por contar con todo el poder y la complicidad necesaria para cometer infinidad de atrocidades. Después de eso, sin cargo público ni fuero, aunque con muchísimo dinero acumulado que arrebató a los veracruzanos, debe ser el sujeto más cobarde que pueda existir.
Hablar de daños ocasionados, sería difícil precisar quién es responsable de haber provocado o permitido mayores desgracias,  si el “Chapo” o Javier Duarte, que por ambos se incluiría la lamentable pérdida de vida de un número indefinido de personas, pero en el caso de Javier Duarte se contabilizarían 19 periodistas asesinados en nuestra entidad, algo que no sucedió en Sinaloa, feudo de Guzmán Loera.    
 Lo de Javier Duarte no se trata de un delincuente común, sería considerado como un auténtico psicópata por la cantidad y nivel de brutalidades perpetradas con una caterva de maleantes confabulados que se ensañaron con la población, y que igual se enriquecieron vilmente.   
Durante la audiencia en que Duarte fue presentado ante las autoridades de Guatemala, este día pasó de la sonrisa de cínico al ceño fruncido el cual sostuvo la mayor parte del tiempo en que duró la audiencia.
La percepción que generó entre la ciudadanía la presentación de Javier Duarte en el Tribunal Quinto Penal de ese país, de aparente tibieza o ligereza con que se inicia la aplicación de la justicia, tal vez por la desfachatez con que el reo se presentó, o acaso por haberse reservado el derecho a aceptar a la extradición hasta esperar a que llegue la solicitud formal de México para que sus abogados la evalúen.
En breves palabras, Javier Duarte ya comenzó a defenderse como gato panza arriba, ya tiene a los mejores abogados de nuestro país, le sobra dinero para pagar eso y más. 
Ahora corresponde a la Procuraduría General de la República y las aportaciones que pueda hacer la Fiscalía General de Veracruz, si es que esto es procedente, para aplicarle todo el peso de la ley, y no vaya a resultar que por inconsistencias en la integración del expediente, por rendijas o vacíos, el Nuevo Sistema de Justicia Penal favorezca al siniestro exgobernador veracruzano.          
La que ha advertido es Thelma Aldana, titular de la Fiscalía General y del Ministerio Público de Guatemala, que ese país “Nunca será guarida de delincuentes mexicanos”, se espera que en realidad se haga efectiva esa declaración.
Por lo que se ha podido entrever es que se dará mayor agilidad a girar órdenes de aprehensión en contra de los cómplices, prestanombres y todo aquel que participó en el atraco desmedido a las arcas veracruzanas, y ejecutarlas a la mayor brevedad. Lo mismo pudiera suceder con las solicitudes de desafuero de diputados federales y locales señalados o acusados.    
Lo que le espera a Javier Duarte en la penitenciaría de nuestro país en que permanezca alojado, es de pronósticos reservados. Enterados de todas las bestialidades que Duarte cometió, de sus abusos, excesos y demás, sus “roomies” y vecinos, los reos con los que conviva, con toda seguridad no se comportarán con él de manera más amistosa y complaciente, por lo que tendrá que soltar muchísimo dinero para que lo dejen tranquilo, a sabiendas también que el exgobernador veracruzano amacizó una inmensa fortuna y que parte de eso habrá de conservar.
¿Cuántos funcionarios del fidelato-duartazo le acompañarán en el penal El Altiplano o en cualquier otra penitenciaría Federal?
Serán también los “roomies” de Javier Duarte.  
rvazquez002@yahoo.com.mx