Siria: La bomba que
puede estallar.
Por Helí
Herrera Hernández
Estuve allá en 1994. Asistí al Congreso de
la Federación Sindical Mundial que nos albergo en Damascos, su capital, durante
casi dos meses. Tuve en ese bella ciudad milenaria mi residencia desde donde
visité gran parte de su territorio y otras naciones del medio oriente como
Irak, Turquía, Egipto, Jordania, Israel, Líbano y Arabia Saudita.
Como en cada viaje que he
realizado me adentre en su historia para al estar allí conocer lo mejor de esa
nación, sitios que me maravillaron como Palmira,
cuna de la civilización de la gran Mesopotamia que años mas tarde sufrió el bombardeo irracional del estado
islámico que casi acabo con esa joya arquitectónica, recién rescatada de esos
grupos ultranacionalistas por el ejército del presidente Bachar Al Asad, con el
apoyo de una sección de la fuerza aérea
rusa.
Después
de aquel inolvidable viaje he seguido de cerca todo lo ocurrido allá, y mas a
partir del año 2011 en que Siria vivió las protestas mas graves de su historia
reciente, donde miles de personas
salieron a las calles convocadas a través de Facebook por un grupo
activista llamado “The Syria Revolution
2011”, con datos serios que arrojan que detrás de él se encontraba el
financiamiento y los intereses del gobierno de Los Estados Unidos, buscando con
ello sacar del poder a Bachar Al Asad y colocar un gobernante “amigo” que le
sirviera como alfil en su lucha por minimizar a su rival Rusia, principalmente
en materia de armamento y expansión territorial.
El
argumento de USA y sus aliados en el mundo para tales acciones fueron “acabar
con los regimenes que muchas veces han sido dictatoriales, en las que el morir
el papá heredaban el cargo al hijo a
través de elecciones amañadas” (como si en Los Estados Unidos no pasara lo
mismo: los Busch y/o Los Clinton), logrando lo primero en Túnez, luego Egipto y
mas tarde en Livia cuando asesinaron el 21 de octubre de 2011 a Muammar Gadafi,
que para bien o para mal mantenía a su país en calma y, que con su
derrocamiento ha metido a esa nación en serios problemas económicos, cayendo
los estados de bienestar que se mantenían con “el dictador”, así como una
revolución interna entre tantos grupos de poder político-religiosos.
Pero
en Siria no lo han logrado y Bachar Al Asad se mantiene en el poder. Se
calcula, según la Organización de las Naciones Unidas que de marzo de 2011 a la
fecha han muerto mas de 9 mil personas, mientras que mas de 200 mil se han
desplazado a otras regiones de ese territorio, y 30 mil se han refugiado en el
extranjero.
Independientemente
de cómo han llegado los gobernantes al poder, que en el medio oriente ha sido
–por lo general- por golpes de estado, Estados Unidos tiene en la mira todo ese
territorio por los altos potenciales de petróleo que existen (Irán, Irak, Kuwait
etc.), y desde luego como cabezas de playa en su lucha contra Rusia, buscando
cercarlos y tenerlos en la mira, por si la guerra fría pasara a convertirse en
guerra activa, como ya empezamos a ver dado que Rusia, como respuesta al
bombardeo ordenado por Donald Trump sobre territorios donde tenia Siria aviones
de combate, ha desplegado su flota de
buques militares mas avanzada que operaban en el mar negro, hacia el
mediterráneo, desde donde destructores de la marina estadounidenses lanzaron
ese ataque aéreo la noche del pasado jueves, según reportes oficiales de la agencia de noticias TASS la fragata rusa
del almirante Grigorovich abandono su puerto de Sebastopol, Crimea, y se dirige
a los destructores USS Porter y USS Ross que lanzaron esa madrugada 59
misiles tomahawk contra el aeródromo
sirio de Sayarat.
Sobre
el ataque químico que provoca la
respuesta de Estados Unidos Moscú argumento que solo fue resultado de un ataque
aéreo sirio en una instalación de armas químicas utilizada por los rebeldes, y
dijo que tomaría “un complejo de medidas”
para proteger a las tropas sirias de la acción de Donald Trump. Así, el
buque de guerra ruso de 4 mil toneladas que esta equipado con misiles de
crucero Kalibr, uno de los mas recientes y mortales proyectiles de alta
tecnología de Moscu, se dirige a atracar en la ciudad Siria de Tartus, con el
claro mensaje del presidente ruso Vladimir Putin a su par estadounidense de
defender a Siria y su gobierno, provocando una crisis global que esta al borde
de un enfrentamiento entre los dos ejércitos mas poderosos del planeta, y que
tendría consecuencias funestas para la población de todo el mundo.
Detrás de la guerra que
enfrenta Bachar Al Assad con el grupo islámico ISIS existe también un
componente geopolítico importante porque
toda esta problemática inició, insisto, con la entrada de Los Estados Unidos a
Irak. El gobernante Sirio ha declarado “la presencia de los EE.UU. en Irak y Afganistán
procura encerrar geográficamente a Siria e Irán ya sea a través de las fuerzas
del OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte), o de grupos extremistas
como ISIS y/o alentando económicamente a grupos de oposición interna como el
Consejo nacional Sirio (musulmanes). La comisión General Revolucionaria
(Kurdos), y el ejército Libre Sirio integrado por desertores Sunníes armados
que operan en bandas y se encuentran infiltradas directamente por mercenarios
del Golfo Pérsico, adiestrados por servicios de inteligencia franceses e inglesas.”
Siria
es un bastión clave de apoyo que ha tenido Irán y Rusia. En consecuencia lo que
busca Estados Unidos es derrotar e invadir al mas débil (en este caso Siria),
luego al mas grande (Irán) y al final el gigante Rusia, haciendo con ello un
gran favor a su socio estratégico Israel que no duerme en paz por temor a los
gobiernos de estas naciones, sin detener, desde luego, las diarias agresiones a
territorios palestinos que provocan muerte y desolación entre su población,
El
conflicto, para peligro de la humanidad, se ha internacionalizado y ya no esta
en manos de Siria, Irán, Israel o cualquier nación árabe, sino en las mentes de
Donad Trump y Vladimir Putin. Uno ya ordenó la destrucción de objetivos
específicos a través de un bombardeo; el otro ordenó el despliegue de su flota
de guerra rumbo a la marina de Los Estados Unidos desde donde se lanzaron los
misiles contra territorio Sirio, en un peligrosísimo juego de estrategias que
amenazan ya no solo esos territorios, sino la paz mundial.
En
este escenario, una decisión tomada con el hígado y no con la cabeza fría de
cualquiera de estos dos personajes podría provocar el holocausto.