El mismo escenario de 2006
Por Helí Herrera Hernández
Son las circunstancias políticas las que
vuelven a encuatar los tiempos. Lo que sucedió en 2006 parece repetirse en 2017
en el Estado de México prácticamente con las mismas fuerzas: las del
oscurantismo, el retroceso, la demagogia y la corrupción contra las del campo
progresista, vea usted si no.
En
las elecciones federales de 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador lideraba
todas las encuestas y al partido revolucionario institucional y su candidato
Roberto Madrazo lo rebasaba el de Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa, la
cúpula del partido tricolor acepto reunirse con la del PAN para buscar una
salida de cómo defender el modelo
económico que ambos abrazan. Sus estrategas electorales solo encontraron
una solución: que importantes miembros del PRI operaran electoralmente para
hacer ganar a Calderón Hinojosa, y dieran instrucciones a los gobernadores de
ese instituto político para que las llevaran a la práctica, dado que de no
hacerlo AMLO y los partidos que lo postulaban se alzarían con la victoria y
derrumbarían las estructuras económicas neoliberales.
Allí
están los testimonios históricos de cómo Francisco Labastida Ochoa, excandidato
a la presidencia de la república en 2000 y la maestra Elba Esther Gordillo,
dirigenta nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y
pieza fundamental del priísmo, operaron toda la logística tanto de la guerra
sucia que se desato contra el tabasqueño en los medios de comunicación masiva,
donde televisa fue un factor para >concientizar<
al pueblo de que AMLO era un peligro para México, como para que los
gobernadores movieran las estructuras en sus estados a favor de Felipe Calderón
el día de la jornada electoral, porque había que parar a como diera lugar al
hombre que proponía un viraje en el rumbo económico de México.
Los
resultados ya los conocemos, por un escaso margen de 0.64% (243,934 votos), triunfa
el candidato de Acción Nacional, lográndolo solo con los votos de cientos de
miles de priístas que obedecieron a sus líderes nacionales: votar por el PAN al
costo que fuera, sabedores que con el en los Pinos nada cambiaría y todo
seguiría igual, como en la realidad sucedió porque no se dio ninguna, lo
reitero, una sola diferencia en la forma de gobernar de los priístas con los
dos presidentes de la república que tuvo Acción Nacional.
Hoy
quieren repetir la misma historia los priístas solo que con diferente actor en
el Estado de México. Fuentes dignas de crédito comentan que las encuestas
oficiales marcan hasta el momento, con un escaso margen de solo un punto a la
candidata de MORENA la maestra Delfina Gómez, misma que podría ampliarse a mas
tres o cuatro con la declinación que el viernes hizo el candidato del partido
del trabajo Oscar González a favor de ella, y que podría aumentar con el voto
útil esta última semana.
Frente a tal circunstancia,
siguen comentando, el presidente Enrique Peña Nieto se reunió con la cúpula de
su partido y su candidato Alfredo del Mazo para analizar no solo este
escenario, sino el constante crecimiento que tiene Juan Zepeda, el candidato
del Partido de la Revolución Democrática que de continuar (el candidato del PRI
lleva dos semanas sin crecer), estaría rebasando a del Mazo en la recta final
de la elección, mandándole hasta el tercer lugar el día de la jornada electoral,
pero sin alcanzar a derrotar a la maestra Delfina, lo que implicaría que el
Estado con la mayor reserva electoral del país estaría cayendo en manos de
Andrés Manuel, dándole un empujón serio y quizás contundente en su aspiración
para ganar la presidencia de a república en la elección dentro de un año.
Este escenario apocalíptico
para Peña no puede permitirlo bajo ninguna circunstancia y, rememorando lo
sucedido en la elección presidencial de 2006, esta dando instrucciones para
llamar a los priístas del Estado de México a sufragar por el candidato del PRD,
dado que Josefina Vázquez Mota, aspirante a gobernadora por el PAN esta en
cuarto lugar muy, muy rezagada (ella sería la ideal para esa pandilla), y nunca
ganaría la elección del próximo domingo,.
De esta forma, Peña ganaría
perdiendo la elección de EDOMEX porque el triunfo se lo arrebataría a López
Obrador, y le daría a todo el príismo un respiro para reagruparse con rumbo a
la madre de todas las batallas electorales que se escenificará el primer
domingo de junio de 2018, tal y como sucedió en 2006, cuando hicieron triunfar
a Felipe Calderón pero éste los correspondió seis años mas tarde devolviéndoles
el favor y entregándoles la presidencia de la república.
Hacer ganar a Juan Zepeda del
PRD no le conlleva ningún problema a Peña Nieto porque ha tenido grandes
acuerdos con ellos (el Pacto por México es solo uno de varios), son mas
asequibles y, lo mas trascendental es: parar a López Obrador, no dejarlo que
tome vuelo porque si se lleva el triunfo, adiós a la presidencia de la
república, así de simple.
El tiempo y las circunstancias
han vuelto a colocar al PRI en el dilema que perdiendo, gana.. plazacaracol@hotmail.com
Twitter: HELÍHERRERA.es