TIERRA
DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez
¿Qué pasó ayer?
Pregunta obligada:
¿Qué pasó ayer? Nada que ver con la película esa donde se emborrachan y luego
no se acuerdan ni de su existencia vana. Muchos quisimos que la anacrónica ley
seca estuviera abrogada, “es una norma muy vieja, se creó cuando el país era
otro. Se sigue implementando por una especie de tradición, pero desde mi punto
de vista ya no tiene una funcionalidad”, comenta el sesudo en materia electoral
Javier Santiago Castillo.
Para ilustrarme tantito, leo: “Los
esfuerzos para prohibir el alcohol a nivel nacional comenzaron a principios del
siglo XX y continuaron hasta los años treinta en México, según un artículo de
la Facultad de Economía de la UNAM. En 1929, el gobierno federal lanzó una
campaña antialcoholismo con el objetivo de “mejorar la condición moral y
económica del obrero”, tal y como recoge dicho documento. Pero el resultado fue
el surgimiento del mercado negro, un efecto similar a la prohibición de alcohol en
Estados Unidos durante la misma época. La campaña de 1929 duró solo un par de
años, según el artículo.
“Pero
estas restricciones resurgieron para las temporadas electorales. Santiago
Castillo estima que las primeras leyes o decretos de ley seca durante los
comicios surgieron en los años 40. “Se creó en una época en la que los
políticos o partidos políticos utilizaban el alcohol para movilizar a la gente
y había grandes reacciones violentas o altercados por su consumo, pero eso ya
no sucede en México. El nivel de escolaridad de la mayoría de los votantes y la
naturaleza de los partidos políticos ha cambiado mucho desde el siglo pasado”. (elpais.com/2016).
¿Pero seguimos de pedotes?
Huyo
a la pregunta sosa y repetitiva: “¿Por quién votaste?”; también a la
interrogante repetitiva y sosa: “¿Cómo viste las elecciones?” Y se cuela otra
de la misma calaña: “¿Crees que algo cambió?” Me contesto en silencio que voté pa’
seguirle el juego a la democracia simulada que desde hace tiempo no ha cambiado
mucho y ver hasta dónde llegan los actores y espectadores, el país anda como
cangrejo; dijera mi madre sólo gané el camino pa’ mi casa, para luego a darle
duro pa’ la papa –ya no alcanza ni pa’ la chuleta ni los frijoles-, porque la
situación está de la chingada. ¿Alguien piensa lo contrario? Pos sí: los otros,
los pocos.
¿Qué
pasó ayer? Sintetizo un mensaje de un gran amigo y colega: Gané quien gane… “iré
a trabajar con la convicción de hacer bien las cosas, trataré de dar lo mejor
de mí a mi familia, buscaré transmitir en los niños la enseñanza de valores a
través de la práctica deportiva y me comprometo a ser un ciudadano productivo,
respetuoso de nuestras leyes y luchador incansable por mejorar la sociedad en
que vivimos. (…). Conclusión, agradezco infinitamente a mis padres el haberme
enseñado a trabajar y salir adelante en esta vida sin importar y sin depender
de que persona o partido gobierne nuestro municipio, estado o país. Esa es la
única esperanza que tengo de que México pueda salir del abismo, con trabajo,
educación y enseñanza de valores a las nuevas generaciones. No existe esperanza
en ningún partido político, mucho menos en sus candidatos. Enseñemos a los
niños y jóvenes a trabajar con honestidad y a no depender de que familiares o
amigos ocupen puestos públicos para obtener beneficios de esto y sólo así salir
adelante. Si logramos entender esto y transmitirlo a nuestros hijos, entonces, sólo
entonces encontraremos una luz de esperanza para nuestro querido México”.