miércoles, 12 de julio de 2017


Esfera Política
 
                                           Ricardo Vázquez Salazar
     La ansiada repatriación, pendiente el regreso
Cuánta razón tuvimos en nuestra columna de este lunes titulada: “Obras que no son amores son trampas letales”. Una muestra más es el socavón de aproximadamente 10 metros de diámetro y seis de profundidad, que se formó la mañana de este miércoles en el Paso Exprés Trahuica, en el libramiento de la Autopista México-Acapulco, en Cuernavaca, un vehículo cayó en el mismo, lamentablemente fallecieron sus dos ocupantes.
Las empresas televisivas nacionales no pueden dejar pasar la oportunidad de vender los espacios de segundos publicitarios, por el elevado rating que generará el próximo lunes a la hora programada para el arribo de la aeronave de la PGR que traiga a quien es considerado como el ícono de la corrupción, el ex gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa. Por consiguiente, los ejecutivos de TV ya deben estar indagando la hora exacta del aterrizaje, aunque lo más probable es que ya lo sepan.
Javier Duarte será repatriado a nuestro país, dará una vuelta en “U”. A partir de ese día y en los subsecuentes, acaparará la atención por saber qué va a pasar y qué va a decir ante las cámaras y micrófonos que estarán captando cada movimiento y cada palabra que vaya a soltar Duarte, en el momento de  su presentación y en los días subsecuentes ante el juzgado correspondiente.
La atención estará centrada en el desarrollo de los acontecimientos en torno al ex gobernador de Veracruz, del tiempo de prisión preventiva que se le dicte, así como del trato fino y cuidadoso que deberá recibir desde que las autoridades guatemaltecas lo entreguen a sus homólogos mexicanos, hasta que entre al penal.
Porque no vaya a ser que al subirlo a alguno de los vehículos que lo transporten, ocurra  que se golpeara la cabeza y se le haya formado un chichón, lo que pudiera ser motivo que con el nuevo sistema de justicia penal ese incidente sea motivo para que lo dejen en libertad de inmediato.
Es un verdadero misterio la sentencia que determine el juez para Duarte, las especulaciones contemplan diferentes cálculos, desde que únicamente estará dos o tres años en prisión, para después seguir disfrutando los miles de millones de pesos que se llevó, hasta quienes estiman que pasará dos o tres décadas bajo la sombra.
Una vez que ingrese al penal asignado, de alguna manera servirá para atemperar los ánimos y la exigencia de justicia. El otro reclamo, igual o más importante que el arresto de Duarte, es saber si se concretará la recuperación de todo lo que se robó.
¿En qué cantidad o porcentaje de todos los recursos sustraídos indebidamente le podrán ser devueltos a los ciudadanos?
Es decir, para los veracruzanos, el regreso de los miles de millones que se robaron está haciendo mucha falta, demasiada diríamos muchos.
Ahora bien. Dada la habilidad de Duarte en haber pensado y previsto todo movimiento fraudulento, que difícilmente pueda haber propiedades o inversiones a su nombre, lo más probable es que dentro de todo este proceso, tengan que jalar y detener a los prestanombres y a los que participaron directamente en los grandes embrollos con el dinero de los veracruzanos, si es que existiera voluntad para  recuperar parte del saqueo, lo que se pueda, porque al paso que llevan, al ritmo y al elevado nivel de despilfarro que están haciendo los que se enriquecieron de las arcas públicas, lo que se vaya a rescatar podría ser poco.        
Durante los 185 días en que Javier Duarte de Ochoa estuvo exento de la justicia, huyendo de Chiapas a Guatemala, tuvo todo el tiempo para mantenerse al tanto de todo lo que se dijo con relación a él: deslealtades, ingratitudes, traiciones, señalamientos, declaraciones, comentarios, absolutamente todo.
De tal manera que estará dispuesto a cooperar con las autoridades, para ver si de algo le sirve, que además en su mente perversa habrá lugar para su nuevo mantra:
¡No tengo que ser yo únicamente quien pague el desastre!
Ante este panorama, los que en la actualidad gozan de fuero podrían ser llamados a cuentas, para que regresen lo que se pueda de todo lo hurtado. 
rvazquez002@yahoo.com.mx