Columna Semanal
Hay yerbita como
para hacer
jardín
Con solidaridad y respeto a Miguel Ángel Yunes Linares,
Héctor Yunes Landa, José Francisco Yunes Zorrilla
Jorge Francisco Cabral Bravo
¿Quién no creció escuchando que a quienes vivimos en México
nos gusta echar la flojera?
Abundan los chistes que narran la pereza de nuestro país. El
internet, las telenovelas, los noticiarios y cada pequeño aspecto de la vida
(¿Y quién no ha visto esta postal de un mexicano durmiendo en sus rodillas al
amparo de un sombrero y un cactus?).
Desde pequeños esa idea se va enraizando en nuestro
imaginario, hasta que nos logran convencer de que en otros países se descansa
menos y que nuestro país no progresa porque está lleno de flojos.
En contraste con esta idea mientras pasaban los años también
me percaté de que mi papa no paraba de trabajar, de sol a sol, chambeando incluso
en sus días de descanso, sacrificando puentes, convivencias familiares y horas
de sueño.
Desde los días de mi adolescencia, me pregunto lo mismo:
¿Quién ha inventado esa mentira de que el mexicano es flojo? A mis 67 años
puedo asegurar que todo lo que he vivido es lo opuesto a esa farsa.
México no sólo es un país que no es perezoso, sino más bien
trabajador hasta la explotación. Veamos las cifras oficiales de la OCDE.
Quienes trabajan aquí, en promedio, gozan de 14 días de
descanso, de los cuales 6 corresponden a vacaciones pagadas y 8 a feriados
oficiales. Esta última cifra rompe otro mito: el que enuncia que México celebra
muchísimos puentes, pues según la Organización Internacional del Trabajo, la
OITE, somos una de las naciones con menos días feriados al año.
Aunque esto vaya en contra de todo lo que nos han dicho, los
datos de la OCDE muestran que trabajamos más días que China o Nigeria. Pero
para dejar constancia de lo que pasa en otras partes es importante ver el
promedio de los países desarrollados, que nos muestra una tendencia hacia
vacacionar entre los 25 y 29 días. Incluso hay países que rebasan los 30 días
de descanso entre los cuales se encuentran Brasil, Estados Unidos, Reino Unido
y Australia.
Por eso es importante comentar y reflexionar este tema. Las
y los trabajadores burócratas mexicanos merecemos tener tiempo de ocio, de paz
y de recreo. Por muchos años las vacaciones se han convertido en una materia pendiente
para el país.
Hemos hablado mucho de que detenidas en la congeladora
siguen diversas iniciativas que, de no salir en el periodo de sesiones
ordinarias que se avecina en el periodo de septiembre, difícilmente serán
aprobadas en el 2018 y me disculpo por ello, pero hay que volverlo a hacer hoy.
En esta lógica, el mando único o mixto del modelo policial
en las entidades federativas; la Ley de Seguridad Interna, que pretende regular
la actuación de Ejercito y Marina; la elección de los titulares de los órganos
internos de control de instituciones autónomas; el nombramiento del fiscal general
de la República y del titular de la Fiscalía Anticorrupción, son sólo algunos
temas que requieren toda la voluntad de los presidentes de los partidos
políticos, así como del propio presidente de la Republica y por supuesto de los
legisladores para aprobarlos.
Ahí están también propuestas como una ley para combatir el
robo de combustibles y otra que corresponde a los derechos de las audiencias y,
si seguimos buscando, pues los pendientes se multiplican.
Así las cosas, y mientras son melones o sandias, las
bancadas parlamentarias ya hacen preparativos y disponen todo lo necesario para
ver qué se rescata del congelador y llevar al Pleno por lo menos algunas de las
iniciativas. Senadores y diputados saben que les queda poco tiempo para
analizar, discutir y, eventualmente, aprobarlas y de no lograrlo antes de que
se termine el año, muy difícilmente los temas tendrán la atención requerida, en
el periodo de sesiones que va del 1 de febrero al 30 de abril del 2018: la
razón es sencilla, los partidos políticos estarán en plena efervescencia por la
madre de todas las elecciones, la presidencial y por supuesto por todos los
proceso electorales locales.
Hasta ahora se sabe que los diputados de las bancadas del
PRI y PAN realizarán sus reuniones plenarias los días 30 y 31 de agosto, donde
definirán los temas de su agenda legislativa para el primer periodo de sesiones
ordinarias del último año de ejercicio de la LXIII Legislatura.
Los primeros tienen previsto reunirse con funcionarios del
gobierno federal, en tanto que los segundos tienen contemplado tener como
invitados a los gobernadores de los estados donde son gobierno.
Por su parte, los diputados de Morena se reunirán en Toluca,
Estado de México, el 21 de agosto, y se prevé que sean su líder Andrés Manuel
López Obrador y Delfina Gómez, así como los aspirantes a la jefatura de
gobierno de la Ciudad de México, los invitados especiales.
El PRD sostendrá una plenaria de dos días en fechas por
definir, y al parecer serán las instalaciones del Palacio Legislativo de San
Lázaro la sede de sus reuniones, teniendo como invitados a los gobernadores de
sus filas y los que postuló en coalición con el PAN.
En el caso de los diputados de PVEM, se menciona que habrá
una plenaria conjunta con los senadores de su partido, y se prevé que la sede
de esa reunión sean las instalaciones del Senado de la República, donde
seguramente contarán con la presencia de algunos funcionarios del gabinete
federal.
En Nueva Alianza preparan su encerrona con militantes de
toda la República comandados por su líder nacional, Luis Castro Obregón.
Ese es el escenario en que está inmersa la agenda de
pendientes del legislativo, y no estaría que, en aras de la austeridad, los grupos
parlamentarios del Senado de la República y de la Cámara de Diputados
repitieran el ejercicio de principios de año, con reuniones en recintos
parlamentarios y alejados de gastos fastuosos que, además, no se ven reflejados
en la producción legislativa, porque está visto que para alcanzar acuerdos tan
sólo con la voluntad, basta.