viernes, 4 de agosto de 2017

Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
Siempre se la han llevado tranquila
 
¿De continuar jalando el hilo para desenredar la madeja, finalmente arrojaría la clasificación de que hay Reinis y Barbies de primera, segunda, tercera y VIP?
Las investigaciones apuntan a que también en la CDMX hace aire, y se estaría confirmando que bastante contaminado en lo político. Podría estarse destapando una cloaca más, en caso de que las pesquisas proyecten resultados de contubernio del titular de la delegación Tláhuac en la CDMX, Rigoberto Salgado, con el grupo delictivo que lideraba en la demarcación Felipe de Jesús “N”, alias “El Ojos”.
“Es una campaña de linchamiento. Que me investiguen”, aseguró el delegado de Tláhuac, militante del partido del que sólo ellos son inmaculados –Morena-; todos los pertenecientes a los demás partidos son una bola de corruptos, argumentan.
Por lo pronto diputados del PRI, Verde, Movimiento Ciudadano y PRD de la Asamblea Legislativa, ya le arrimaron el caballo a Salgado  al acusarlo de presuntos vínculos con criminales que operan en esa demarcación.
De comprobarse las imputaciones que pesan sobre Salgado, estaría poniéndose en evidencia una vez más la complicidad de las autoridades locales con la delincuencia organizada.
Los diputados aprovechan  para señalar otras irregularidades, como la entrega de contratos a varias personas que financiaron su candidatura. Los legisladores le siguen acumulando cargos para documentar la solicitud de destitución.
“Omisión culposa” es una de las acusaciones que recaen sobre el jefe delegacional. Es un término que podría considerarse muy común entre un buen número de alcaldes en distintas regiones de nuestro país.  
En la ola de violencia e inseguridad que azota varias entidades desde hace más de una década, los que menos son molestados por la población y a quienes casi nadie reclama, es a los ediles; estos se lavan las manos, reparten culpas y responsabilizan a las autoridades estatales y federales de los estragos que causan los delincuentes, como si las autoridades locales no tuvieran absolutamente ninguna responsabilidad de todo lo que sucede en el municipio que gobiernan.
Los alcaldes nunca se enteran de lo que ocurre. Siempre se la han llevado tranquila, aunque les hayan dicho en más de una ocasión que en el tema de la inseguridad no se vale nadar de a muertito.
Hay situaciones que cuesta mucho trabajo entender, o simplemente no es posible concebirlas. Veracruz es la fosa clandestina más grande del país.  
 Es una auténtica tragedia que 262 restos humanos hayan sido localizados hasta ahora en el mayor cementerio ilegal de México, en Colinas de Santa Fe, municipio de Veracruz.
¿Durante cuántos años estuvieron arrojando cadáveres en esta necrópolis del terror?
¿Cómo puede ser posible que ninguna autoridad se haya percatado de lo que ahí acontecía?  
En los municipios de Alvarado, Sayula de Alemán, Tihuatlán, Chacaltianguis, también han sido ubicadas fosas clandestinas.
El dolor de las personas que buscan a sus seres queridos desaparecidos es grande en extremo; mueve a múltiples especulaciones, de entrada por cómo es que se pudo haber creado cementerios ilícitos tan grandes y durante tanto tiempo.  
rvazquez002@yahoo.com.mx