domingo, 4 de marzo de 2018

Al Estilo Mathey
* ¡Mira qué cambio!
Por Gustavo CADENA
Buen día apreciado lector:

Sin duda una frase genial a la que está recurriendo Miguel Angel Yunes Linares para magnificar y promover sus acciones positivas de gobierno.
Y sí, en tanto el escritor estadunidense Wayne Walter Dyer decía que si cambias el modo en que miras las cosas, las cosas que miras cambian, su paisano el filósofo William James recomendaba que para cambiar tu vida: comienza inmediatamente. "Hazlo ostentosamente".
Es lo que estamos viendo de unos días a la fecha con la conclusión del libramiento de Cardel, la carretera a Coatepec, el libramiento de Tuxpan y el hospital infantil del Puerto, con el antes y el después.
Y eso es precisamente lo que queremos ver los veracruzanos, un gobernador del partido que sea, pero que se dedique a trabajar y se olvide de los sombrerazos.
Que lleve una relación institucional con el Presidente de la República para que federación siga apoyando al estado.
Del gobierno de don Rafael Hernández Ochoa no recuerdo que haya realizado mucha obra material pero sí las de don Agustín Acosta Lagunes que transformaron prácticamente a Xalapa, y las de Dante con todo y su encementación estatal. Fueron tiempos de gran obra pública.
Claro que los veracruzanos no queremos más gobernantes demagogos, transas y sinverguenza, pero si sabemos valorar el trabajo de cada uno de ellos y de quienes nos pueden gobernar en el futuro.
Creo que todos estamos seguros que el pueblo veracruzano analizará y sabrá decidir a quién elegirá para el siguiente mandato. Todos estamos enterados ya, perfectamente, quiénes son los candidatos y quién puede hacer el mejor trabajo: si el hijo de Miguel, elhijo del maestro Atanasio o el hijo de Don Pepe.
Mientras tanto qué bueno que Miguel Angel se dedique a trabajar ostentosamente para tratar de mejorar las condiciones de vida y desarrollo de los veracruzanos.
Bueno, pero según se ha visto no es tan ostentoso el asunto porque no lo ha "cacareado" en la tele y en los demás medios.
Mientras tanto. miren: ¡qué cambio!, y lo que falta,