jueves, 14 de mayo de 2015

Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
 
Cautela ante la traición
El saldo del derribo del helicóptero Cougar de la Fuerza Aérea Mexicana, atacado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, ha aumentado a nueve el número de elementos fallecidos: ocho militares y una policía Federal. Existe mucho malestar e indignación entre las Fuerzas Armadas de nuestro país por este hecho.

Molestia e irritación no únicamente de los integrantes de la Fuerza Aérea, también del Ejército y Marina Armada de México, como nos lo revelaron elementos castrenses en el Altiplano. Tienen razón, les sobran los motivos por el hecho de que cuentan con información de que fue una traición el certero ataque en el que derribaron el helicóptero con un arma de alto poder, un lanzacohetes RPG-7, lo que ha puesto en evidencia que el armamento del que dispone y utiliza el crimen organizado no tiene límites. Los delincuentes estaban preparados para derribar la aeronave.

Lo había advertido desde el año 2012 en cuando menos dos ocasiones el influyente diario The New York Times. En sus reportajes ha señalado que Latinoamérica, y en especial Venezuela y Colombia, ha sido introducido armamento del tipo antimisiles RPG-7 de fabricación rusa, como el que derribo el helicóptero en Jalisco el pasado primero de mayo, en el que fallecieron valiosos miembros del Grupo de Fuerzas Especiales del Alto Mando. Arma que el ejército ha decomisado alrededor de 100 piezas de este tipo en varias entidades incluyendo Veracruz.

El NYT ha revelado que la delincuencia organizada ha aprovechado la disposición de excedentes de armas de todo tipo de la llamada Guerra Fría; que el inventario disponible ha sido en gran parte adquirido por carteles Latinos. Que este tipo de armamento existe en mayor cantidad en nuestro continente, más que en otras regiones en conflicto como África y Medio Oriente.

No es la primera vez que soldados y marinos son víctimas de emboscadas bien planeadas en varios estados. En mayo de 2014 murieron calcinados cuatro militares, resultado de una emboscada a un convoy del Ejército mexicano cerca del poblado de Guachinango, allá mismo, en Jalisco.

Ante este escenario, integrantes de las Fuerzas Armadas de México afirman que habrán de conducirse con la más absoluta confidencialidad y cautela en sus operativos. No están dispuestos a continuar perdiendo elementos en acciones de combate a la delincuencia organizada por haber sido traicionados. Práctica que se ha vuelto muy común entre la clase política y en el servicio público.

Ante la ola de violencia que ha repuntado con mayor fuerza, la ciudadanía continua confirmando que la confianza la tiene depositada en el Ejército y la Marina, en los marinos y los soldados que entregan su vida cada día para recuperar la paz y tranquilidad para los mexicanos.

Los señalamientos de que el anterior secretario de Seguridad Pública de Jalisco y actual Fiscal general, Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco, está vinculado al CJNG, es lo que está abonando todavía más a la molestia de las Fuerzas Armadas.