jueves, 14 de mayo de 2015



Los Políticos
Las renuncias de Bermúdez y Bravo
Por Salvador Muñoz

Si el gabinete de Javier Duarte de Ochoa se revisara minuciosamente desde el inicio de su administración a la fecha, se podría percibir la gran cantidad de cambios que ha sufrido (que no tenido) este gobierno.
Han de disculpar los duartistas, pero si bien, todo cambio siempre es con miras a mejorar, también un excesivo número de remociones genera inestabilidad, incertidumbre o hasta desconfianza.
De todos esos cambios, son pocos, contados, con dedos sobrados de una mano, los que tienen olor a renuncia como lo fue el caso de Reynaldo Escobar Pérez, en ese entonces Procurador de Justicia; y Salvador Manzur Díaz, quien fungía como titular de Sefiplan.
Las circunstancias que rodean “la renuncia” de Escobar Pérez (periodistas asesinados, cadáveres regados, comentarios desacertados), aun con el paso de dos procuradores (uno fiscal actualmente), no tienen parangón. Tampoco las razones que obligaron a Manzur dejar la titularidad de Sefiplan. Por supuesto, no se cita el caso de Gabriel Deantes o Edgar Spinoso porque el primero, está en el Gabinete; el segundo, va por el fuero.
II
Hace poco, en Coatzacoalcos, el empresario Raúl Ojeda Banda, secretario del Consejo Coordinador Empresarial, pidió la renuncia de Arturo Bermúdez Zurita, mientras que la Barra de Abogados de ese lugar, el cese del Fiscal. A estas peticiones se suma Uriel Flores Aguayo, diputado federal, quien exigió que “hicieran sus maletas” ambos funcionarios.
En otras circunstancias, si se diera la “renuncia” de estos servidores públicos, pudiera significar en términos políticos, la válvula de la olla express que despresurizaría a este gobierno… en otras circunstancias, se dijo.
Hoy, no creo que su salida resuelva en algo, ese clima de incredulidad para con las autoridades… tampoco va a acabar el crimen en cualquiera de sus modalidades. Esto, hablando de Seguridad Pública. Es más, a la hipotética  salida de Bermúdez, habría que preguntarse quién ocuparía su lugar… ¿un militar? ¿un político? ¿del Estado? ¿Federal?
Ahora, en el caso de la Fiscalía, cabe la primera pregunta: ¿Quién? ¿Tiene nombres? ¿O a la fácil: cualquiera que no sea él?
III
La posibilidad de renuncia de estos funcionarios, más que abonar a la certidumbre o sosiego de una sociedad, abonaría más a una politiquería que empezaría a hacer apuestas por saber quién llegaría a ocupar esos lugares y acabaría por hacer casi inalcanzable el récord de Javier Duarte de Ochoa como el gobernador que en su gabinete, en menos de seis años, realizó más de 40 cambios que lejos de dar respuestas, generaron más interrogantes. En pocas palabras: Tan jodido está el Gobernador, que un cambio más en su gabinete, con o sin razón, acabaría por joderlo más.

¡Agradecimientos!
PD Gracias Brenda, por ser esa mujer fuera de serie que jamás me deja solo. Al Centro de Especialidades Médicas y su departamento de traumatología. A los amigos Arturo Reyes González, Rodolfo Casanova, Adolfo Toss y Rodrigo Zúñiga; así como a Juan Octavio Pavón y equipo, además de a quienes hicieron patente su solidaridad y apoyo en una de las tardes más largas que haya vivido en mis últimos años. Gracias a todos… gracias mi Brenda.