domingo, 23 de abril de 2017


La deuda de Javier Duarte

Por: Zaira Rosas

¡Se acabó la persecución!, por fin gracias a los esfuerzos conjuntos del gobierno con otras naciones y el trabajo de la Interpol, Javier Duarte fue detenido, la PGR había emitido una orden de aprehensión en su contra por dos delitos: operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada, lo más comentado de los delitos del ex gobernador de Veracruz siempre giró en torno al dinero, quizás por el desvío constante de recursos o por la falta de pagos y pensiones que tanto dieron de qué hablar. Sin embargo, poco a poco muchos olvidaron que más allá del dinero robado, el desvío de capital para campañas, viajes, compras y empresas fantasmas; Duarte tiene una deuda que nunca podrá saldar.

Veracruz pasó de ser el estado que lo tenía todo, a una de las entidades más inseguras del país, donde la impunidad reinaba en cada esquina, la libertad de expresión no existía y las desapariciones (en ocasiones a manos de la misma policía) se volvieron la orden del día. Delitos y crímenes que intentaron ocultar igual de bien que todas las propiedades, salieron a la luz junto con las fosas ante las que padres han buscado a sus hijos, intentando esclarecer el paradero de quienes algún día salieron de su casa para nunca más volver.

La prensa en Veracruz tuvo que aprender a callar o vivir con el miedo de ser callados, prueba de ello los 19 periodistas acribillados durante el sexenio de quien siempre dijo que en el Estado no pasaba nada, aquí sólo se robaban frutsis y gansitos, mientras él saqueaba al erario público para comprar propiedades en destinos de lujo, aún en sus últimos momentos de libertad Javier Duarte no escatimó en tener una detención de 5 estrellas, quizás sus fotografías sonriente en medio de su detención se deban al recuerdo de la excelente atención recibida en el hotel, donde disfrutaba tranquilamente como si se tratase de unas simples vacaciones.

En tanto algunos se enfocan en si la captura se debió a un pacto, a un intento de rescate electoral y limpiar la imagen del presidente o una cortina de humo, lo que realmente se debe discutir es ¿cuándo piensan extraditarlo y juzgarlo por más que los 35,421 millones (cantidad que en realidad puede ser mucho más grande)? A Javier Duarte se le debe juzgar por los 19 periodistas asesinados y otros tres desaparecidos, por los múltiples homicidios, resultado de su mal gobierno que nos colocó en los primeros lugares de inseguridad, por volvernos la tercera entidad del país con más casos de mujeres menores de 30 años desaparecidas, pues durante su mandato desaparecieron 41 niñas y mujeres de entre 11 y 30 años de edad.

La aparición de fosas clandestinas ya no es noticia en el país, pero los padres que nunca tuvieron apoyo y respuesta de las autoridades iniciaron búsquedas propias que los llevaron a encontrar la fosa clandestina más grande de la que se tenga registro en México, en ella localizaron a 245  cuerpos enterrados en el sitio de manera  ilegal. Veracruz pasó de ser un estado próspero y en desarrollo a perder 16 mil empleos en el 2016, a tener un crecimiento económico de 0% y aumentar el porcentaje de pobreza laboral, es decir los pobres se volvieron más pobres, disminuyeron las oportunidades de obtener un empleo y ni hablemos de salud o educación pues fueron de los rubros más afectados, donde incluso el presupuesto federal nunca llegó.

La deuda podría seguir con todos los derechos humanos violentados, las familias que jamás tendrán consuelo a su dolor y no pueden recibir siquiera una respuesta, y al pensar cómo llegamos hasta este punto, descubro que la deuda puede ser de Javier Duarte pero la culpa es nuestra porque fácilmente creemos, un año antes de su fuga asistí a cubrir la entrega de medallas a maestros por sus múltiples décadas de entrega a la docencia, el entonces Gobernador se encontraba en un punto crítico de su reputación, al hacer acto de presencia fue sumamente abucheado, la gente no lo quería y él lo sabía, pero en México las cosas se olvidan fácil con regalos y promesas y en cuanto Javier Duarte les prometió bonos, compensaciones y la rifa de distintos regalos de lujo la mayoría de abucheos se convirtió en gritos de alabanza y felicidad, tristemente así somos, pensamos en el bienestar individual y se nos olvidan los demás atropellos, pero el tiempo se encargó de recordar que todo fue un engaño del momento, pronto los salarios de maestros y pensionados dejaron de llegar y para cuando realmente quisimos hacer algo el culpable se había dado a la fuga.

Aún es incierto el futuro de semejante criminal, las autoridades de Guatemala dicen que de seguir así su traslado podría retrasarse hasta un año, mientras tanto no olvidemos los pendientes que se quedaron en el Estado, los pendientes de justicia que aún tiene el Presidente y tomemos claramente nota de los eventos ocurridos porque con el paso del tiempo y sobre todo llegadas las elecciones parece que todo se nos olvida. Duarte es un ejemplo claro de impunidad, pero también de nuestra falta de memoria, no entraré en detalles de hablar de su partido, porque considero que un gran error en la historia ha sido ese, hablamos de partidos y no de las personas que los conforman, en todos lados hay figuras que buscan tener acciones propositivas y otros que han defraudado al electorado, el punto será analizar previamente a cada candidato.

Mientras tanto sólo nos resta obrar de acuerdo a lo que hubiéramos queridos, dejar de hacernos los sordos o ciegos ante las omisiones de nuevos gobiernos, trabajar en conjunto porque de verdad mejore la situación de cada estado y en nuestro país, actualmente creo que existen muchas personas en puestos de poder que se preocupan por hacer las cosas bien, otras tantas quizás no tanto pero en nosotros está exigir que cumplan con sus labores.