Crónicas urgentes
Cuando las campañas no arrancan
Claudia Constantino
A
pesar de que hoy se ha completado la primera de las sólo cuatro semanas que
durará la campaña, tras la que se elegirán nuevos presidentes municipales,
nomás no arranca. Los candidatos atribuyen el desinterés de la gente al
hartazgo extendido. El discurso de todos los candidatos es muy parecido. Los
temas en debate no pueden ser diferentes. El principal reclamo de los xalapeños
es la seguridad. Las dinámicas sociales se han transformando completamente
debido al temor. Todos viven con miedo.
No es para menos. Los
niveles de violencia a los que ha llegado la entidad son históricos.
Nos aproximamos a la segunda alerta de violencia de género. Los foros de
periodistas para denunciar la violencia de la que son objeto están a la orden
del día; los muertos se cuentan por decenas cada semana. La seguridad de
Veracruz en las fauces de la delincuencia.
En este contexto, la que
parecía una elección de mero trámite para Morena, porque el año
pasado su ventaja crecía exponencialmente, hoy está a tercios. El candidato
Hipólito Rodríguez es un desconocido en las colonias y entre la clase menos
favorecida. Con su inexperiencia política, su ausencia de carisma y talante
frío, no consigue conectar con el estrato social donde hay más votos: la clase
popular.
También
el escándalo de Eva Cadena ha hecho lo suyo contra Morena: ha puesto en
entredicho la honestidad de sus líderes. Por más que han querido darle la
vuelta al asunto, diciendo que “Eva actuó sola” y han negado en todo momento
que su líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, estuviera enterado de cómo
andaba la diputada pasando la charola, el daño está hecho. A eso hay que sumar
los señalamientos que hacen los militantes en relación a los líderes del
partido en Veracruz: “ya se pusieron soberbios, quién sabe por qué se creen
tanto y desprecian a todo el mundo”, se escucha en los círculos de influencia
de personajes como Manuel Huerta o Daniela Griego.
A todo esto habrá
que sumar que el próximo 4 de junio se enfrentarán en las urnas los más
conocidos archienemigos de la política mexicana en este momento: Andrés Manuel
López Obrador y Miguel Ángel Yunes. Es por todos sabido el temor de AMLO de que
el gobernador de Veracruz le meta mano a la elección, para nada es lo mismo el
OPLE que el propio organismo a manos de un gobernador omnipotente.
Pero para empeorar los
temores del tabasqueño está la fama de todo poderoso que
tiene el gobernador: “este, si no gana, arrebata” ha advertido AMLO. Aquí se
jugará la ventaja o desventaja en el tablero político de 2018. Esta elección,
en apariencia local, en realidad cobra un interés nacional. El PRI cupular el
del centro parece estar más ocupado en no perder el Estado de México, y así es
como Enrique Ochoa Reza dejó plantados a los priistas veracruzanos este
domingo.
Al parecer, esta gran
distracción está siendo aprovechada por Miguel Ángel Yunes, quiene
intentará hacerse de la mejor posición política con miras al 2018. Todo
Veracruz es testigo de que gobernar no parece ser su prioridad, sino asegurar
la continuidad de un proyecto que no tiene más propósito, hasta ahora, que el
de mantener una posición de poder. La economía, seguridad, salud y educación de
ocho millones de veracruzanos no se pueden resolver en veinticuatro meses, y
menos después de una debacle como la que dejó la terrible estela del duartismo;
parece que la opción que le queda al gobernador es tratar de quedarse por más
tiempo a tras mano.
¿En
qué piensan los veracruzanos cuando se acerca el día de volver a las urnas?
¿Qué
tienen que decirle a su gobernador?
¿Qué
le dirán a la clase política?
¿Entienden
lo que se está jugando en esta elección?
¿Irán
a votar?
¿Ya
saben por quién?
¿Saben
por quién no, por favor?
Lo más
importante, como dicta el canon en una realidad tan compleja como la de
Veracruz en junio de 2017 es salir a votar.
Que la votación sea copiosa para atajar la posibilidad de un fraude. Lo
mejor que pueden hacer los ciudadanos es salir a sufragar y, con ello, mandar
el mensaje quienes gobiernan de que no están solos y que no pueden manipular la
voluntad de tantos millones de ciudadanos.
Hay que participar. Votar es imperioso. Se requiere lograr
contrapesos y cambiar de caras, de apellidos en la clase gobernante, que no se
repitan como si se tratara de una monarquía. Tras doscientos años de
independencia aún no aprendemos a exigir a nuestros gobiernos. Habría que ver
esta nueva cita como un paso más para hacer madurar a esta joven democracia.
Los veracruzanos tenemos una cita que más nos vale no ignorar, como tampoco
podemos ignorar la realidad que nos circunda.
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