jueves, 11 de mayo de 2017



Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
Alcaldes también disfrutaron
de la impunidad
 
Les restan poco más de siete meses a los últimos alcaldes emanados del fidelato-duartazo. Varios de estos que fungieron como autoridad municipal durante la Docena Trágica tendrían mucho que decir, en diferentes áreas, de todo el desastre ocurrido en el periodo que les correspondió. No precisamente que tengan que haber pertenecido al partido tricolor, pues hubo quienes se hicieron presidentes municipales con camiseta de distinto color, porque así había sido convenido.    
Algunos ediles salieron o van a salir formando parte de las filas de los nuevos millonarios en sus municipios, igual o más que varios de los funcionarios de las catastróficas administraciones de Fidel y el reo inconforme Duarte; desde los que encabezaron ayuntamientos con presupuestos modestos.
Hubo quienes se dedicaron a hacer negocios de todo tipo, disfrazados, con prestanombres, ilícitos; alcaldes que se convirtieron en promotores y voceros de empresas para amarrar contratos leoninos, en perjuicio de los ciudadanos, así sucedió en Veracruz puerto. 
Se dedicaron a todo, menos a gobernar ni a servir a la población.  
La entidad veracruzana registra un grave retraso en materia de urbanización. Varios de los alcaldes siguieron el ejemplo de los dos anteriores gobernadores y sus colaboradores identificados como voraces, le entraron al saqueo de las arcas municipales.
Debe haber muchos casos en que los recursos federales y estatales enviados a los municipios, los funcionarios de los ayuntamientos los desviaban para su beneficio personal; de tal suerte que en los informes de fin de año de los munícipes no se daba a conocer la cantidad de kilómetros de calles pavimentadas, en lugar de eso se informaba del número de baches tapados. En su momento lo afirmamos en esta columna, haciendo la aclaración que esta apreciación no era broma, es verídico.   
En todo ese tiempo no pocos presidentes municipales hicieron lo que quisieron con los presupuestos anuales, con absoluta libertad, como si les hubieran garantizado  que no serían molestados. Al parecer si les cumplieron, ninguno fue amonestado o castigado, salvo uno que otro “charal”. El Órgano de Simulación Superior de Veracruz ha cumplido su objetivo en los últimos 10 años.
Presidentes municipales veracruzanos también se han hecho acreedores a una medalla de oro en transgresiones a las garantías individuales.
Las violaciones a los derechos humanos son su mayor parte originadas por la negativa a pagar laudos laborales, sin importarles que en muchos casos tienen varios años de haberse emitido la resolución de la autoridad competente a favor de los empleados municipales.
Durante más de una década hubo presidentes municipales que en todo momento negaban los hechos de violencia y la presencia de la delincuencia organizada, que incluso se dieron casos que prácticamente les entregaron las llaves de su municipio a los criminales. Hubo quien a través de un “chayopremio” recibió un “reconocimiento” que su municipio se consideraba como uno de los más seguros del  país, aunque en medio del silencio el crimen organizado causaba estragos en la población, hasta que la situación hizo crisis, explotó como ocurrió en Orizaba.
En virtud de todo lo anterior, no estaría mal ni de sobra, que los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas les preguntaran a algunos alcaldes o ex alcaldes si de casualidad saben algo respecto a dónde podría haber más fosas clandestinas.
La perversidad sigue intoxicando la democracia. En la actualidad los partidos políticos han acentuado el reciclaje de chatarra o material de desecho de actores políticos, aunque haya quienes tengan serios señalamientos o acusaciones de graves irregularidades en anteriores funciones.  
rvazquez002@yahoo.com.mx