TIERRA
DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez
¡Por mi madre!
La
adversidad, decía Montesquieu, es nuestra madre; la prosperidad sólo es nuestra
madrastra, y no sé cuánta razón tenga, pero de que estamos hasta la madre… Claro,
lo decimos también con eufemismo: estamos hartos. “Desgraciamadremente” así es,
porque lo hemos permitido y nomás nos quejamos.
El
10 de mayo de cada año adoramos a nuestra santita madre, y aguas si se meten
con ella o siquiera nos la refrescan porque, tons sí, nos partimos la madre,
hijos de la chingada madre, por no decir hijos de su puta madre. Nacemos con el
amor a nuestra madre amamantado de por vida, quiérase o no. Pero afuerita de
este terreno sagrado, en la periferia, en otros contextos que hasta nuestras
mismas madres incursionan, o han incursionado, las expresiones del término
“madre” son múltiples y variadas, ricas vociferaciones que van de lo gracioso
al encabronamiento, a la violencia, pasando por el auto enojo: “la puta madre
que me parió” y, desde luego, al valemadrismo.
No hay mexicano que no las sepa, las
recuerde y las haya emitido, incluso hay estudios al respecto, como en El laberinto
de la soledad, de Octavio Paz, cuando se refiere a la chingada. Pero no nos
pongamos más mamilas. Ustedes tendrán sus propias frases, fórmulas,
insinuaciones, gestos y actitudes referentes a la madre. Van algunas, en honor
a su día: Pásame esa madre; ¡Estás sobre esta madre!; ¿Dónde está esa madre?; No
te creo ni madres!; ¡Es a toda madre!; ¡Vamos a darle en la madre!: Ni madres; ¡Se
dio en la madre!; ¡Se partió la madre!; ¡No se ve ni madres!; ¡Esto huele a
madres!; ¡Trágate esa madre!; ¡Ve a chingar a tu madre!; ¿Qué madre es eso?; ¡A
todísima madre!; ¡Madres!; ¡En la madre!; ¡Pa’ su madre!; ¡Va hecho la madre!;
¡No me dio ni una madre!; ¡Te lo juro por mi madre!; ¡Sigues chingando con esa madre!;
¡Qué poca madre!; ¡Vamos hacer esa madre!; ¡Qué desmadre!; ¡No sé qué madres se
cree!; ¡Vales pa’ pura madre!; ¡Por mi madre!; Por mi madrecita santa que…; ¿Qué
tendrá esta madre?; ¡Está de poca madre!; ¡Le rompiste todita su madre!; Chingada
madre; Qué poca madre tienes, etc.
Es un putamadral de madres. Dijo Santo
Tomás de Aquino: “El padre debe ser más amado que la madre, pues él es el
principio activo de la procreación, mientras que la madre es tan sólo el
principio pasivo”. Toda proporción guardada, desde luego, no vaya a ser la de
malas y me den en la madre. Mejor, tener una madre así, o ser una madre así, no
tiene precio.
Feliz Día y año, mamacitas.
Los días y los temas
En una
encuesta de parametría.com, realizada el pasado marzo de 2017, sobre quién tendría
más poder en el país, 39% contestó que lo cárteles del narcotráfico; 24%, el Presidente
de la República; 8%, la Iglesia Católica, al igual que las Fuerzas Armadas; 5%,
Congreso de la Unión. Ahí nomás, chatos, ¿de qué se quejan?
De cinismos anexas
De las redes
sociales leo: “Cuando adviertas que producir necesitas tener autorización de
quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes
no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen
ricos por el soborno y por influencia más que por su trabajo, que la leyes no te protegen contra ellos
sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando
descubras que la corrupción es recompensa y la honradez se convierte en un
auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu
sociedad está condenan”. (Ayn Rand).
Por lo pronto, ahí se ven.