Crónicas urgentes
Casi el paraíso
Por Claudia Constantino
Pasa
del medio día y Coyoacán, libre del ajetreado fin de semana luce como cualquier
otro pueblo de la provincia mexicana. Con sus casonas viejas. Sus talleres de
sastres, zapateros, marcos a la medida. Más allá la cantina pintoresca, casi a
un lado del café que sirve deliciosas variedades de Chiapas, Guerrero y
Veracruz. Apostada en la barra, del café. Soy abstemia por prescripción médica
y sólo por el momento. Escucho involuntariamente al señor en el otro extremo
del establecimiento. Afina los detalles para participar en RadioAMLO. Lee La
Jornada.
—¿Cómo le vamos a hacer para que el
PRI salga de Los Pinos? Le suelto a mansalva.
—Votando por Andrés Manuel. Responde al
acto, sin titubeo.
—Pero eso no basta. Se dice que la
mayoría ha votado por él, dos veces, y ni una ha sido Presidente.
—Ciertamente. Reconoce.
Luego de una breve reflexión,
agrega
—Pero tendremos que seguir intentando.
Es nuestra única opción real. Lleva al menos 12 años de hacerle contrapeso a
"la mafia del poder”.
—Lee usted el mejor periódico; lo
felicito. Ahí escribo, pero en Veracruz. Le presumo.
—¿Es usted periodista en Veracruz? ¡Qué valiente! Asume.
— Más bien ¡Qué loca! Digo yo.
—Ese Miguel Ángel Yunes también trata
muy mal a la prensa ¿No es cierto? Tiene sus métodos para ello. Ya muy
conocidos. No traiciona la fama de represor que lo antecede. Reflexiona.
— Temo decepcionarlo, pero yo soy una
desertora. No estoy más en Veracruz. Hace dos semanas me mudé a la CDMX.
Escribo desde aquí y tengo varios proyectos Veracruz-CDMX. Le digo con un dejo de nostalgia.
— Nadie podría culparla por eso. Y sigue
siendo valiente. Acuérdese de Rubén Espinoza. Vino a vivir acá huyendo del
acoso que sufría en Veracruz y no fue suficiente. Como quiera lo asesinaron. Me
recuerda.
— A mi nadie me ha amenazado, ni me
siento en peligro. Yo no soy nadie importante. Pero cierto es que la nueva
administración estatal está dejando morir de inanición medios, ante la mirada cómplice
de los colegas bien tratados por el actual gobernador, que todo le
justifican. No hay mucho que hacer allá.
Por eso emigré. Le explico.
— Pues a pesar de los errores que recién
ha cometido Andrés Manuel, MORENA me sigue pareciendo la mejor opción. Conozco
bien a la gente de MORENA en Veracruz y son gente muy valiosa. Me asegura.
— ¿No
cree que el triunfo del PRI en el Estado de México fue un ensayo de lo que
pasará el próximo año en la contienda electoral? Pregunto.
— Sin duda. Pero eso ya lo sabemos.
Ahora hay que contrarrestarlo. Me responde medio convencido. La CDMX será para
MORENA. Agrega totalmente convencido.
Me presento. Le platico cuales son
los medios que me publican. El hace lo propio. Se trata de Eduardo Cervantes Díaz
Lombardo. Me refiere que fue el dirigente de MORENA en la CDMX antes de Martí Batres,
quien a su vez dejó el cargo este año para dejárselo al hijo de Andrés Manuel López
Obrador, Andrés Manuel López Beltrán quien hasta la fecha lo ostenta.
Prometemos reunirnos pronto,
nuevamente. Me desea suerte en este casi paraíso llamado Coyoacán. Lejos de las
muertes violentas de todos los días en Veracruz. Donde se reportea por
Periscope y se critican entre compañeros de gremio, como si eso los hiciera
mejores a unos y peores a otros. Peores sí, sin duda.
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