miércoles, 5 de julio de 2017

Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
Cómplices a temblar
Es probable que sea por ahí del día 15 del mes en curso en que la aeronave de la Procuraduría General de la República, PGR, aterrice en el Aeropuerto Internacional de la CDMX, que traerá de regreso al ex gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa. Estarán atentos de su llegada reporteros de medios de comunicación nacionales, de provincia y corresponsales extranjeros, para pasar de inmediato a la conferencia de prensa en el hangar de la PGR en la que será presentado, esposado, tal vez sonriente.
Luego de que aceptara ser extraditado para enfrentar a la justicia en México y defenderse de los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada, por los cuales se le acusa, al grito de “¡mexicanos acábenlo, acábenlo!”, otra vez, insultos de todo tipo, mentadas de madre y rechiflas de los reos que se encontraban en el Tribunal Quinto de Sentencia Penal en Guatemala, fue la manera en que despidieron a Javier Duarte.
Largas horas de interrogatorio y declaración le esperan a Duarte una vez que se encuentre en nuestro país; serán tan prolongadas que necesitará volver a repetir la expresión ibérica de este martes: “Paciencia, prudencia, verbal continencia, dominio de ciencia, presencia o ausencia según conveniencia”.
¿Qué sucederá en esa parte de cuestionamientos y respuestas?
Es complicado imaginar todo lo que vaya a “cantar” Duarte de Ochoa, aunque es posible que de las contestaciones simples, pueda pasar a las confesiones, porque una vez que haga consciencia que pasará largos años en prisión, lo único que le quede y le importe sería tener la certeza de que sus pequeños hijos permanezcan con su familia.  
Pero una cosa es la familia cercana de Javier Duarte, los que se harán cargo de la custodia de sus hijos, comenzando por su esposa Karime, su madre, suegros, hermanos, que cualquiera que sea el porqué, posiblemente continúen en libertad. Otra muy distinta son las decenas de cómplices, los que participaron en el atraco a las finanzas públicas, los que se enriquecieron de manera absolutamente explicable, a manos llenas, los que no tienen ningún parentesco con Duarte de Ochoa. Los que lo abandonaron, lo negaron, lo dejaron solo. Algunos de plano, lo traicionaron, pese a que aprovecharon y amasaron una cuantiosa fortuna durante su administración.
A ésos, es muy probable que Javier Duarte les pague con la misma moneda.  
rvazquez002@yahoo.com.mx