ANIVERSARIOS
LATINOAMERICANOS. (I)
“Centenario
Luctuoso de José Enrique Rodó.”
Mtro. José
Miguel Naranjo Ramírez.
Conocer
el pensamiento de los grandes escritores latinoamericanos nos sirve para
identificar los problemas que históricamente nuestros pueblos han tenido en
común, en la segunda mitad del siglo XIX y sobre todo en los primeros años del
siglo XX, nacieron gran cantidad de ensayos filosóficos-literarios sobre el
presente y futuro de los pueblos de América, en esta corriente latinoamericanista
José Enrique Rodó ocupa un lugar prominente
en la historia, hoy que se recuerda el centenario luctuoso del afamado escritor
uruguayo, lo conmemoraremos presentando su obra más clásica e influyente en
Hispanoamérica titulada: “Ariel”.
Ariel
es un ensayo filosófico-modernista publicado en el año 1900 y es considerado
una verdadera joya de la historia literaria hispanoamericana. José Enrique Rodó
murió muy joven, pero desde temprana edad su pasión fueron los libros y si bien
la mayor parte de su vida la dedicó a leer y escribir, Rodó también tuvo tiempo
para ser Diputado, Profesor, Periodista, sin embargo, su ambiente predilecto se
encontraba en los libros, fue a través de sus libros como Rodó se convirtió en
maestro de la juventud de América y éste nombramiento lo adquirió para la
eternidad al momento de salir publicado el ensayo: Ariel.
El
nombre del ensayo tiene su origen en la obra de teatro de Shakespeare titulada:
“La Tempestad”, en este drama Ariel
es un personaje que representa el espíritu de la bondad, la nobleza, la razón, la
inteligencia, la libertad. En el ensayo Rodó hace hablar a un viejo maestro que
sus alumnos lo llaman Próspero quien en “La
Tempestad” representa a un sabio y generoso mago, el viejo profesor se
dirige a sus alumnos por ser la despedida del grupo después de un año de tareas
y trabajos, el profesor que sin ninguna duda es el alter ego de Rodó, inicia el ensayo dirigiéndose a su grupo con el
epígrafe: “A la juventud de América.”
Como
punto de partida el profesor se dirige a la juventud, sus reflexiones van hacia
la esperanza, el ánimo, los sabios consejos tienen el objetivo de hacernos
responsables de nuestros actos y destinos, ser joven es ser revolucionario,
inconforme, pero toda esa fuerza y vigor de la juventud debe ser encauzada
hacia sociedades más humanas, lo primero que el viejo profesor aconseja a sus
alumnos es que tengamos confianza en nosotros mismos:
“Si con relación a la escuela de la voluntad
individual, pudo Goethe decir profundamente que sólo es digno de la libertad y
la vida quien es capaz de conquistarlas día a día para sí, con tanta más razón,
podría decirse que el honor de cada generación humana exige que ella se
conquiste, por la perseverante actividad de su pensamiento, por el esfuerzo
propio, su fe en determinada manifestación del ideal y su puesto en la
evolución de las ideas. Al conquistar los vuestros, debéis empezar por
reconocer un primer objeto de fe, en vosotros mismo.”
Partiendo
del consejo base de creer en nosotros mismos, el viejo profesor empezará a
abordar gran cantidad de temas algunos de carácter universal y otros dirigidos
de manera concreta a los pueblos de América. Rodó veía en la educación el único
camino que podría lograr un verdadero desarrollo de los pueblos americanos, no
obstante la realidad es que entre más pasaban los años más nos alejábamos de
los libros, de la crítica, de la razón, del pensamiento libre, y si bien en su
ensayo el escritor no cae en el pesimismo, si vislumbraba una problemática de
estancamiento o desviación hacia el futuro por la falta de claridad, por el
deseo de la imitación hacia lo ya establecido, es por ello que Rodó exigía a
las nuevas generaciones que replanteáramos el destino de nuestros pueblos, y
eso solo se logra con una alto grado de educación y responsabilidad.
Estética,
conductas, verdad, fe, humanismo, valores, libertad, ética, orden moral,
juventud, religión, democracia, utilitarismo, egoísmo, materialismo, son sólo
algunos de tantos temas abordados y desarrollados de manera nítida por Rodó. El
planteamiento que realiza sobre los posibles problemas que podía general el
régimen democrático en sociedades no ilustradas es muy interesante, de entrada
Rodó parte que la democracia en nuestros pueblos ha sido mal comprendida, el
punto es que no todos somos iguales en capacidades, por lo tanto no todos
pueden dirigir los gobiernos y destinos de los pueblos, esto no es un
planteamiento antidemocrático sino hasta natural, Rodó sobre el tema apunta:
“Toda igualdad de condiciones es en el orden
de las sociedades, como toda homogeneidad en la naturaleza, un equilibrio
inestable. Desde el momento en que haya realizado la democracia su obra de
negación con el allanamiento de las superioridades injustas, la igualdad
conquistada no puede significar para ello sino un punto de partida. Al
instituir nuestra democracia la universalidad y la igualdad de derechos,
sancionaría, pues el predominio innoble del número, si no cuidase de mantener
muy en alto la noción de las legítimas superioridades humanas, y de hacer de la
autoridad vinculada al voto popular, no la expresión del sofisma de la igualdad
absoluta, sino, según la consagración de
la jerarquía emanando de la libertad.”
Por
supuesto que Rodó era un hombre con enorme fe en la democracia, pero para que
un sistema tan complejo funcione debe ir acompañado con la educación y la
crítica, Rodó propone una democracia racionalmente concebida, donde todos
valemos de manera igualitaria, pero no todos somos iguales en capacidades y los
verdaderos humanistas son los que
deberían gobernar si queremos diseñar un mejor futuro.
“La realidad de una razonada jerarquía, el
dominio eficiente de las altas dotes de la inteligencia y de la voluntad, por
la destrucción de la igualdad democrática, solo cabe pensar en la educación de
la democracia y su reforma. La educación
popular adquiere, considerada en relación a tal obra, como siempre que se le
mira en el pensamiento del porvenir, un interés supremo. En la escuela, por
cuyas manos procuramos que pase la dura arcilla de las muchedumbres, donde está
la primera y más generosa manifestación de la equidad social, que consagra para
todos la accesibilidad del saber y de los medios más eficaces de superioridad.
Ella debe contemplar tan noble cometido, haciendo objetos de una educación
preferente y cuidadosa al sentido del orden, la idea y la voluntad de justicia,
el sentimiento de las legítimas autoridades morales.”
Hoy
a cien años del fallecimiento de José Enrique Rodó, los postulados planteados en: Ariel, no tan solo tienen una enorme
valides y vigencia, además, nos sigue haciendo un llamado a la consciencia, un
llamado al compromiso de no dejar de luchar por construir una mejor sociedad,
seguro que con nuestro esfuerzo no alcanzará para cambiar por completo nuestra
realidad, pero jamás debemos dejar de luchar:
“Lo que a la humanidad importa
salvar contra toda negación pesimista, es, no tanto la idea de la relativa
bondad de lo presente, sino de la posibilidad de llegar a un término mejor por
el desenvolvimiento de la vida, apresurado y orientado mediante el esfuerzo de
los hombres. La fe en el porvenir, la confianza en la eficacia del esfuerzo
humano, son el antecedente necesario de toda acción enérgica. Hay una profesión
universal, que es la de hombre.”
Correo
electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com