José Luis Loyo Ochoa
¿Autoridades son sus lacayos?
¿Hay lugar para el ciudadano?
Veracruz, Ver. Mx. Cada
día vemos cosas y acciones que nos dejan sin palabras, ahora esas acciones que
vienen cometiendo en contra de una industria turística como es la hotelera y
sobre todo, de las que económicamente más beneficios le dan al pueblo en
general, estén bajo la chancla de franeleros, léase lava carros, quienes resultan
apoyados por autoridad de tránsito y, lógicamente por la presidencia municipal,
nos hace pensar que el ciudadano ha pasado a valer menos que una cáscara de
cacahuate. ¿Cuánto dinero le puede dejar de beneficio a la empresa que se
adueñó de las calles porteñas tres o cuatro espacios? Zeus y de paso ahora los
franeleros es de quien en éste espacio hablamos. Existe en el centro del puerto
un hotel, quizá el de más renombre y mejor historia que ha tenido nuestro puerto,
al cual, la avaricia de los fuereños empresarios, auténticos piratas mercenarios
que se han adueñado de nuestra ciudad, mismos que ahora se apoyan en los
franeleros, por orden de quien sabe que autoridad, misma que quizá sea la
municipal, le quitan de un plumazo esos espacios que, no por décadas sino por
siglos, han permitido a esos hoteles ocupar para los recibimientos de los turistas
que visitan nuestro cada día estrangulado y amolado puerto en materia turística.
Hablamos del hotel en donde se hospedaron; Maximiliano y Carlota, Don Benito
Juárez, Don Venustiano Carranza y toda la pléyade de personas ilustres que al
puerto le han dado realce e historia, ese hotel que se ubica exactamente frente
al Zócalo y frente al palacio municipal del puerto, ahora ese hotel no tiene un
lugar donde puedan los autobuses que traen a turistas parquear para que éstos,
los turistas, puedan descender y alojarse en ese hotel. En verdad que no
logramos entender el porqué de esa acción, pero si ello se le hace quizá
irrisorio, ahora resulta que los franeleros vienen siendo los asesores de las
autoridades de tránsito y, al mismo tiempo los lleva y trae en materia de
chismes de las acciones que hagan los hoteleros, si esas empresas turísticas
que en verdad brindan los servicios al visitante, cuando esperan el arribo de
éstos ponen, a manera de guardarles los espacios para su descenso y entrada al
hotel, ponen vehículos en la calle para lograr tal fin y el franelero corre de
chismoso a la autoridad de tránsito, ésta muy honorable autoridad obliga al
empresario hotelero a retirar dichos vehículos. Si la autoridad municipal tiene
el conocimiento de éste tipo de atropellos y, aún con ese conocimiento las
autoriza y solapa es cuando podemos expresar el no entender, sobre todo
poniendo rocas que no piedra al empresario turístico, pero lo curioso estriba
en que, al observar esas acciones contra del céntrico hotel, hacemos recorrido
por otros hoteles que también se ubican en la zona que llamamos turística, pero
vemos que éstas siguen contando con su zona de peaje sin tapar y es cuando nos
quedamos perplejos, es decir, nuestra ignorancia se pone de manifiesto por
acciones como las que corroboramos.
En una ocasión ya le
expusimos al nuevo alcalde porteño que, si la empresa que es dueña de las
calles de Veracruz le brinda migajas de lo que ella se embolsa, más valdría que
éste municipio fuera el que maneje esa nueva forma de joder, tanto al turista
como al porteño sin tener que recibir esas migajas, se argumenta que el
contrato que dejo el alcaldito que les regaló a los de Zeus la oportunidad de
robarle, tanto al turismo como al ciudadano del puerto sus centavos, si residen
ese contrato tendrían que darle millonaria cantidad de sus muy buenos pesos, y la
cosa es que no es cierto, todo contrato, por muy leonino que sea como el ex
alcalde que, al venderle las calles porteñas a esa empresa de panquimetros les
hizo, la cual fue dada con todo a favor para que ese contrato fuera eterno, la
verdad sin la mínima duda es que si se puede deshacer ese contrato, sobre todo
si es para bienestar de la ciudadanía porteña, ese es un factor determinante
para la recisión del citado contrato y se sumarían a ello las miles de quejas,
tanto del turismo como del porteño, y de paso a los franeleros que sirven de
besamos a las autoridades de tránsito como al municipio pueden ejercerse las
acciones que ellos mismos dan pie para ello, el lavado autos en la vía publica
dejando mojada la banqueta con agua sucia, pero aunado a ello, cuando están
lavando los vehículos salpican con esa agua sucia al peatón que pasa por ese
lugar, y ese ciudadano le reclama el lava carros hasta pleito le hecha el
tipejo en cuestión, y se aúna más si se hacen exámenes o antidoping a esos lava
carros, ojo, no todos, pero muchos de ellos, cuando no están beodos están con
sus solventes, su hierbita vaciladora y uno que otro hasta con sus polvitos
colombianos, ojo y que no estamos descubriendo el hilo negro ni el petróleo,
son situaciones comprobables si en verdad se quiere actuar conforme a la ley.
RESUMIENDO, lo que más nos extraña es el porqué, la industria hotelera se ha
dejado pisotear en lo que sin duda son sus derechos que con éste tipo de
arbitrariedades, ¿Dónde quedan todos los derechos de los empresarios
hoteleros?. En el próximo espacio ahondaremos porque al sistema de agua MAS no
se le aplica la ley como debe de ser pese a las quejas de cientos de ciudadanos
vejados, robados y agredidos por esa empresa de facinerosos que le roban al
ciudadano con el agua. Y por hoy es
cuanto tenemos en el tintero, como siempre les dejamos los modernos medios para
tratar de servirles modestamente en lo que nos sea posible y nos permitan los
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