la economía.
Por Helí Herrera Hernández
El jueves 8 de febrero, el Banco de México
publico la minuta de su ultima reunión de política
monetaria en la que decidió incrementar la tasa de referencia en 0.25
puntos para ubicarla en 7.50 por ciento, mandando con ello un mensaje claro de
los problemas que esta padeciendo la economía nacional.
Tal acción es una respuesta obligada que busca detener la
fuga de capitales, dado que al incrementar la tasa los ahorradores e
inversionistas no moverían sus dineros al extranjero, viendo de una manera
optimista tal medida, que desde mi óptica, esta muy lejos de lograrla.
Los datos que aporto son
indicadores de lo mal que esta la situación económica del país. En enero, la
Secretaría de Hacienda dio a conocer que el costo de la deuda aumento en 22.5% resultado del pago que
hizo el Gobierno Federal y sus empresas por 58 mil 743 millones de pesos por
comisiones e intereses de la deuda. Este costo financiero de la deuda incluye
los pasivos tanto del ente público como de la Comisión Federal de Electricidad,
Petróleos Mexicanos y la banca de desarrollo. Es decir, que la finanzas públicas
precisan que el gasto público total sumo 493 mil 576 millones de pesos (11 mil
447 millones de pesos superior a lo programado), derivado del incremento del
costo financiero de la deuda, además del pago de mayores participaciones a
estados y municipios, y adeudos fiscales de ejercicios anteriores. Adefas.
Ahora debemos 9 billones 862 mil millones de pesos, de los
cuales 6 billones 330 mil millones de pesos corresponden a deuda interna y 3
billones 532 mil millones de pesos en deuda externa. De allí el aumento del
pago de los intereses tanto a la banca extranjera como domestica, que al final
de cuentas es también extranjera, salvo Banorte.
El aumento a las tasas de interés conlleva a impulsar el
ahorro. Con éste el Banco de México busca generar la inversión privada y
desplazar de esa forma a la publica, al menos eso dice la receta neoliberal.
Una política de austeridad o de disciplina
fiscal que haga que el gobierno federal gaste menos, aunque con la
ideología de los hombres que están en el
poder político desde 1985 para acá, esos recortes han traído, como
consecuencia, restarle presupuesto a los
sectores educativo, de salud e infraestructura, generando una educación elitista
donde ahora solo están en las aulas los hijos de aquellas familias que tienen
un poder adquisitivo moderado, y ni que decir ya en la educación media superior
y superior, donde la deserción escolar es el pan de cada día; en el sector
salud que los hospitales públicos la atención medica haya decaído,
deshumanizándose y además, con un desabasto tanto en material quirúrgico como
en medicamentos y, por lo que se refiere al sector de la infraestructura, que
este generando desempleo y bajos salarios, para los que lo tienen,
El gasolinazo genero inflación, provoco que los costos de
todos los productos de la canasta básica se hayan disparado (hoy mismo el costo
del cono de huevo, alimento básico en la dieta de mas de 75 millones de
mexicanos supere los 70 pesos), y lo que hasta 2017 el Banco de México veía
como una posibilidad -el
sobrecalentamiento de la economía-, para mi ya lo es, dado que ya no
hay holgura económica, y esta situación es la responsable de la baja
velocidad con la que esta convergiendo la inflación, no solo por la presiones
de demanda que podrían estarse incubando, sino también porque podría aumentar
el traspaso de la depreciación del tipo de cambio a los precios de los
productos finales, como ya ocurre.
Todo esto sin contar que el mayor estimulo de crecimiento de la economía de los Estados
Unidos, provocado por la Reforma Fiscal de Donald Trump que bajo los impuestos
a todos los sectores generadores de empleo, y esta impulsando el dinamismo de
la demanda externa de México, al encontrar mejores precios en los productos
extranjeros los distribuidores-consumidores mexicanos.
El daño colateral de las altas tasas de interés afectan el
gasto privado y elevan el costo del financiamiento de la deuda publica interna,
reduciendo así el margen de maniobra de un gobierno federal sin valor, sin
agallas para romper su dependencia de los grupos del poder económico de dentro
y fuera de México, de los Organismos Financieros Internacionales que son, en
este modelo económico, los que desgraciadamente dictan las políticas públicas
económicas no solo de México, sino de todas las naciones en vías de desarrollo.
Urge un nuevo ordenamiento económico mundial, so pena de
generar inestabilidad social.