martes, 18 de noviembre de 2025

 


Punto de Vista


* Ahued, el desaparecido


Por Filiberto Vargas Rodríguez


Prefacio.

La madrugada de este martes, a unas horas de que el jefe del gabinete de seguridad del estado, Ricardo Ahued, acudiera al Congreso de Veracruz a presumir que “el estado está en paz”, un comando armado se introdujo a la vivienda de Pedro González Rodríguez, más conocido como “Pillica” y a pesar de que intentó escapar, fue abatido en la azotea de su casa. *** “Pillica” fue agente municipal de su comunidad, Villa Comoapan, en San Andrés Tuxtla, compitió por la alcaldía en el 2021, con el respaldo del partido “Unidos por Veracruz” y después de esa aventura se sumó con todas sus energías al proyecto de Morena. *** En el poblado se rumora que un familiar muy cercano (nieto de “Pillica”) que lo acompañaba en sus actividades políticas, habría sido secuestrado durante el mismo ataque. *** Lo cierto es que la violencia se sigue extendiendo por territorio veracruzano. Las famosas “mesas por la paz” sólo sirven para hacer el recuento de los muertos, pero la población no percibe acciones contundentes contra los grupos del crimen organizado, los que han sembrado el terror en toda la entidad. *** Lo describió con toda crudeza el periodista Héctor de Mauleón: “Mientras tanto, 160 nuevos homicidios se registraron en México entre el viernes y el domingo pasado. Un dron cargado de explosivos dejó 10 heridos. En Guerrero, Sonora, Jalisco, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Guanajuato, ciudades, poblaciones y comunidades enteras siguen en manos del crimen organizado”.


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En agosto del 2024 el Representante Adjunto de ONU Derechos Humanos en México, Jesús Peña Palacios se refirió a la cada vez más grave incidencia del delito de “desaparición forzada” en México. Dijo que es producto de “la ausencia de una política integral de seguridad basada en derechos humanos”.

Un año después, el 25 de julio del presente año, se dio a conocer que de acuerdo con el informe “Desaparecer otra vez”, presentado por Amnistía Internacional, el estado de Veracruz se mantiene entre las entidades del país con mayor número de personas desaparecidas y no localizadas en México.

El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) reportaba para esa fecha 6,983 casos en Veracruz, lo que lo colocaba al nivel de Jalisco, Tamaulipas y el Estado de México, los estados más afectados por esta crisis nacional, que suma más de 130 mil personas desaparecidas.

La situación se torna aún mas grave cuando uno de los desaparecidos es nada menos que un exitoso empresario, con gran vocación de servicio, que fue alcalde de Xalapa, diputado federal y diputado local abanderado por el PRI y en ese entonces fue capaz de enfrentarse a los gobernadores en turno (Fidel Herrera y Javier Duarte) sin titubear un solo momento, para poner a los veracruzanos por encima de los intereses políticos o de grupo.

Sí, me refiero a Ricardo Ahued, quien vivió una extraordinaria metamorfosis. De ser la voz firme que se oponía a que siguieran lastimando el bolsillo de los mexicanos (como diputado federal votó en contra del aumento al IVA), el que plantaba cara al gobernador Javier Duarte y sus reformas, a convertirse (dicho por él mismo) en el “conserje de palacio”.

Capaz, ahora, de mentir de la manera más abyecta, de salir a “poner el pecho” frente a las mentadas de madre que recibió su “jefa”, de ordenar el uso de la fuerza pública contra los propios veracruzanos que exigen justicia.

Desapareció el Ricardo Ahued valiente y honesto, y a cambio nos dejaron la versión más siniestra de lo que representa la cuarta transformación.

“Me anima la honestidad, no el poder por el dinero, ni el poder por el poder; lo he demostrado en una vida política y social”, dijo este martes en su comparecencia en el Congreso local.

Eso ya nadie se lo cree. Ese era “el Ahued de antes” que sigue desaparecido y del que cada vez hay menos esperanzas de encontrarlo.

No puede hablar de “lealtad” quien se traiciona a sí mismo.


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Epílogo.

Es el colmo de la desfachatez. El gobierno de Veracruz ha generado una serie de compromisos con empresarios locales, con exempleados de la administración estatal y con proveedores de bienes y servicios, que ahora Rocío Nahle no quiere cumplir. *** El propio secretario de Gobierno, Ricardo Ahued, admite que han implementado una “estrategia de amparos” para frenar embargos, multas y juicios heredados de administraciones pasadas. Esto es: están utilizando todo el aparato del gobierno (incluido el Poder Judicial federal, que ya fue secuestrado por Morena) para incumplir con sentencias y sanciones que el gobierno estatal, que hoy ellos representan, deberían cumplir. *** Curiosamente una estrategia similar es la que ha emprendido durante muchos años el empresario Ricardo Salinas Pliego y todos los días lo satanizan en las conferencias de prensa de Claudia Sheinbaum. *** ¿Cuál es la diferencia?


filivargas@gmail.com