Comercio sexual sin regulación
deja 33 mdp al año
*De acuerdo a un trabajo de investigación
del CIESAS
Por Luis López
JALAPA, VER .- La falta de una regulación respecto del trabajo sexual en México y la entidad permite que se beneficien las autoridades con un ingreso calculado en 33 millones de pesos, cuando menos durante un año a nivel estatal, declaró la antropóloga, Patricia Ponce Jiménez.
La integrante del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Golfo, presentó la ponencia “Implicaciones del trabajo sexual en Veracruz”, dentro del seminario Estudios de Género dirigido por Bethi Rodríguez Aragón, académica de la Facultad, quien señaló al respecto que se “hace evidente la necesidad de regular sobre el trabajo sexual debido al estigma social que ha prevalecido a lo largo del tiempo”.
Ponce Jiménez dijo que a partir de un trabajo de investigación de tres años que se establece como pionero, ya que no existe a nivel nacional o estatal un diagnóstico acerca del trabajo sexual, en este proyecto participaron estudiantes de la Facultad realizando las entrevistas que componen el libro Las Guerreras de la noche.
La investigación, señaló, se enfocó en elegir las 10 ciudades más importantes del estado, encauzándolo como un trabajo básicamente urbano; su objetivo era elaborar “un diagnóstico que tuviera la voz de todos los involucrados en este negocio, recoger la voz de los y las trabajadoras sexuales, los dueños de bares, los taxistas, regidores y médicos municipales”.
Destacó que a pesar de que la prostitución es legal en México, la falta de una reglamentación da cabida a una constante violación de sus derechos humanos en cuanto al hostigamiento de las autoridades, quienes violan acuerdos internacionales y nacionales, como es el caso de exigirles la prueba del VIH/SIDA.
Esta situación,agregó, permite que se beneficien autoridades de todos los niveles, desde policías municipales hasta oficiales de migración, ya que algunas mujeres provenientes de Centroamérica ejercen el trabajo sexual en la parte central de la entidad para obtener ingresos que les permitan continuar su viaje, detalló Ponce Jiménez.
“En Veracruz el trabajo sexual lo realiza una población muy homogénea, ello significa que son analfabetas, del ámbito rural, iniciaron su vida sexual a edad muy temprana, la mayoría son solteras o en unión libre y se incorporaron al trabajo sexual después de su primer hijo”.
Patricia Ponce reconoció también que debido a la situación en la que viven las mujeres actualmente en la entidad, el trabajo sexual destaca en el factor económico: “Dadas sus condiciones es el trabajo mejor remunerado para una mujer, que les permite estar mayor tiempo con sus hijos”.
Con las trabajadoras,sostuvo, se realizaron entrevistas e historias de vida, gracias a la participación de organizaciones no gubernamentales, las cuales ya realizan actividades con ellas.
La sociedad en general tiene una idea de los trabajadores sexuales como “lo peor de la sociedad”, pero en la realidad no funciona así, destacó Ponce Jiménez, quien dijo que “ello no implica que no tengan principios, incluso tienen normas que les permiten vivir con sus familias y sobrevivir en la calle”.
deja 33 mdp al año
*De acuerdo a un trabajo de investigación
del CIESAS
Por Luis López
JALAPA, VER .- La falta de una regulación respecto del trabajo sexual en México y la entidad permite que se beneficien las autoridades con un ingreso calculado en 33 millones de pesos, cuando menos durante un año a nivel estatal, declaró la antropóloga, Patricia Ponce Jiménez.
La integrante del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Golfo, presentó la ponencia “Implicaciones del trabajo sexual en Veracruz”, dentro del seminario Estudios de Género dirigido por Bethi Rodríguez Aragón, académica de la Facultad, quien señaló al respecto que se “hace evidente la necesidad de regular sobre el trabajo sexual debido al estigma social que ha prevalecido a lo largo del tiempo”.
Ponce Jiménez dijo que a partir de un trabajo de investigación de tres años que se establece como pionero, ya que no existe a nivel nacional o estatal un diagnóstico acerca del trabajo sexual, en este proyecto participaron estudiantes de la Facultad realizando las entrevistas que componen el libro Las Guerreras de la noche.
La investigación, señaló, se enfocó en elegir las 10 ciudades más importantes del estado, encauzándolo como un trabajo básicamente urbano; su objetivo era elaborar “un diagnóstico que tuviera la voz de todos los involucrados en este negocio, recoger la voz de los y las trabajadoras sexuales, los dueños de bares, los taxistas, regidores y médicos municipales”.
Destacó que a pesar de que la prostitución es legal en México, la falta de una reglamentación da cabida a una constante violación de sus derechos humanos en cuanto al hostigamiento de las autoridades, quienes violan acuerdos internacionales y nacionales, como es el caso de exigirles la prueba del VIH/SIDA.
Esta situación,agregó, permite que se beneficien autoridades de todos los niveles, desde policías municipales hasta oficiales de migración, ya que algunas mujeres provenientes de Centroamérica ejercen el trabajo sexual en la parte central de la entidad para obtener ingresos que les permitan continuar su viaje, detalló Ponce Jiménez.
“En Veracruz el trabajo sexual lo realiza una población muy homogénea, ello significa que son analfabetas, del ámbito rural, iniciaron su vida sexual a edad muy temprana, la mayoría son solteras o en unión libre y se incorporaron al trabajo sexual después de su primer hijo”.
Patricia Ponce reconoció también que debido a la situación en la que viven las mujeres actualmente en la entidad, el trabajo sexual destaca en el factor económico: “Dadas sus condiciones es el trabajo mejor remunerado para una mujer, que les permite estar mayor tiempo con sus hijos”.
Con las trabajadoras,sostuvo, se realizaron entrevistas e historias de vida, gracias a la participación de organizaciones no gubernamentales, las cuales ya realizan actividades con ellas.
La sociedad en general tiene una idea de los trabajadores sexuales como “lo peor de la sociedad”, pero en la realidad no funciona así, destacó Ponce Jiménez, quien dijo que “ello no implica que no tengan principios, incluso tienen normas que les permiten vivir con sus familias y sobrevivir en la calle”.