En el punto de quiebre
Por: Zaira Rosas
zairosas.22@gmail.com
En matemáticas existe un
término conocido como el punto de
inflexión. Definido en palabras simples, se refiere al momento en que por
una modificación de variables puede cambiar por completo la función. Usando
este término como título, el escritor, sociólogo y periodista canadiense,
Malcolm Gladwell, publicó un libro cuya analogía principal son los cambios
significativos producidos por pequeños eventos.
Actualmente vivimos en una
era de hiperconectividad, no sólo por el uso constante de la tecnología, sino
también por el impacto que acciones al otro lado del mundo pueden tener sobre
países como el nuestro. Estamos ante una mediatización de la sociedad. Por ende,
las personas ven lo que quieren ver y creen o no en los hechos de acuerdo a sus
influencias.
En medio de múltiples
conflictos sociales como los suscitados en Chiapas y Oaxaca resulta complicado
formar una opinión clara o tomar partido por un bando u otro. Es justo aquí
dónde se aplica el punto de inflexión. Hechos como la reforma educativa, el
descontento social, las violaciones a derechos humanos, las modificaciones en
el sector salud, etc., son eventos recurrentes a lo largo de la historia en el
país, cada uno de manera aislada se podría resolver o quizás sería posible
encontrar nuevas alternativas. Lo complicado reside en la manifestación
simultánea de todas las variantes a las que lejos de restarle conflictos le
sumamos aunque no queramos. Como es el caso de la devaluación de la moneda por
las decisiones de Inglaterra.
El #Brexit (como se le
conoce a la separación de Inglaterra de la Unión Europea) es una de las grandes
pruebas de la repercusión que simples acciones tienen. El primer ministro había
prometido someter tal decisión a votación con tal de prevalecer en el cargo,
ahora el resultado le costó la renuncia. Pero los más afectados son los que
estaban en contra de abandonar la Unión Europea, incluso quienes ni siquiera
podían votar. Volver a ser un país independiente, sin importar los daños que
esto podría generar a la economía fue el resultado del odio desmedido de las
generaciones mayores de 50 años, cruelmente el futuro de los jóvenes fue controlado
por los que ya no estarán en él.
Lo mismo ocurre en nuestro
país, las decisiones importantes están en manos de unos cuantos y en los
momentos que es posible que decida una mayoría nos abstenemos y de nuevo la
democracia es controlada sólo por algunos. Podemos dejarnos influenciar por los
bombardeos de medios que atacan a un grupo u otro pero no sin antes atender
ambos puntos de vista.
Me cuesta entender cómo
viendo tanta violencia a seres humanos, sin llamarles maestros, manifestantes
ni policías (porque también son agredidos) no seamos capaces de decir ¡basta!,
resulta más cómodo insultar, mantener opiniones de odios hacia cualquiera de
los antes mencionados y no buscar soluciones con un verdadero diálogo, nos
olvidamos de que el odio genera más odio y nos sumamos a la cadena que está
llevando al mundo a la destrucción. Estamos velando por intereses propios
materiales, olvidando la esencia de la humanidad.
En medio de todas las dudas
y la incertidumbre sólo me queda una certeza, condeno terriblemente los actos
de violencia en los que hubo quien perdió la vida. Maestro, apoyo tu
manifestación cuando es pacífica, porque creo firmemente en que el futuro
comienza con una buena educación, apoyo tu inconformidad con algunos puntos de
la reforma, porque creo que es imposible hacer evaluaciones cuando no se
brindan las herramientas adecuadas. Condeno también los ataques a comercios,
los bloqueos de parte de cualquier grupo que pone primero sus intereses a los
de un bien común. Estoy en contra de los daños a comercios y personas ajenas a
las manifestaciones, pero también creo que todos deberíamos involucrarnos más
ante todos los gritos sociales. Detesto a quienes aprovechan estos momentos de
crisis para aumentar el caos y señalar a otros como los culpables. Me preocupa
que el gobierno no haya sido capaz de dialogar mucho antes de que esto se
saliera de control, pues el problema data de tiempo atrás y los responsabilizo
de la crisis de derechos humanos que va en aumento .Sin embargo, estoy cansada
de quienes esperan que todo se solucione por medio de un estado paternalista.
Considero que las reformas
educativas son necesarias, al igual que evaluaciones adecuadas para todos y que
como sociedad la formación que esperamos no puede provenir sólo del estado, que
hacen falta más padres que colaboren desde el hogar con la educación de sus
hijos porque desde hace años han visto a dicha a las escuelas como guardería y
no como una forma de llevar un aprendizaje conjunto entre el aula y el hogar.
Los seres humanos son sumamente
sensibles a su ambiente y el comportamiento de aquellos a su alrededor, seamos
ejemplo de que se puede tener consideración por el otro, comencemos por
respetar opiniones y dejar de creer que somos poseedores del conocimiento
infinito y la verdad suprema. Como jóvenes construyamos el futuro que queremos
para no añorar el que ya nos fue arrebatado.