LOS PADRES EN LA
LITERATURA (V).
“Orfandad.”
Mtro. José
Miguel Naranjo Ramírez.
Con el presente
artículo se concluye el mes dedicado a conocer cinco obras donde la figura
central es el padre. Orfandad es un libro
publicado en el año 2015, escrito por Federico Reyes Heroles, quien en esta
obra nos relata parte de la biografía de su padre Don Jesús Reyes Heroles. El
libro salió publicado a los treinta años del aniversario luctuoso de Don Jesús,
quien fue un gran estadista, historiador y escritor.
El libro se compone de
127 apartados, en todos ellos Federico Reyes Heroles nos presenta por una parte
la figura del padre, y por otra la figura del personaje público. En esta obra
conoceremos muchas anécdotas del político tuxpeño que nos ayudarán a conocer su
pensamiento, forma de conducirse, decisiones importantes que lograron hacer un
México diferente, ejemplo de ello es que siendo Don Jesús Reyes Heroles
Secretario de Gobernación, fue el principal responsable para que se llevara a
cabo la reforma política de 1977.
Bajo las tesituras
antes mencionadas, es decir, el padre y el personaje público, se leerá toda la
obra, en el primer apartado Federico Reyes nos relata y presenta un momento
difícil del padre: “La tarde del primero
de marzo de 1985 recibí una llamada. Era mi padre. Necesitábamos platicar
todos. El tono era normal. Todos implicaba los otros tres miembros de la
familia: mi madre, Jesús mi hermano y yo. Un par de horas después nos reuníamos
en su habitación. Tenía un cigarro en la mano y su rostro mostraba una tristeza
muy profunda. Sin más nos dijo, me voy a morir.”
Federico inicia esta
obra con la triste confesión de su padre, a partir de aquí empieza el escritor
a narrarnos un sinfín de anécdotas e historias personales, familiares, y
políticas de Don Jesús. En el apartado sexto Federico Reyes nos cuenta cómo es
que su padre, un abogado sin ninguna experiencia en el sector energético se
convirtió en Director de Pemex, de entrada aclara que entre Gustavo Díaz Ordaz
y Jesús Reyes Heroles no existía amistad previo al nombramiento, todo sucedió
un 20 de noviembre de 1964, cuando Don Jesús Reyes fue invitado a pronunciar un
discurso y en el presídium se encontraba el entonces Presidente electo Díaz
Ordaz:
“Al llegar a él, Díaz Ordaz lo felicitó por sus conceptos usando un
tiempo que me imagino un poco excedido y atípico. Quien le dijo lacónico: nos
vemos tal día. Primer encuentro privado, primeras palabras, al grano. Me dicen
que usted es un hombre honesto, eso necesito en Pemex. La corrupción ancestral
había pasado por días de fiesta. Reyes Heroles platicaba que, asombrado, trató
de interponer excusas. No sé de petróleo. No se preocupe, allí hay muy buenos
técnicos. Lo que necesito es su honestidad fue la respuesta.”
El sexenio de Díaz
Ordaz es tristemente recordado por la matanza del 68, en esta obra Federico
Reyes nos relata la posición de Don Jesús, quien siempre buscó el dialogo, con
datos y nombres, Federico narra las diversas reuniones que tuvo Don Jesús con
el rector de la UNAM Barros Sierra, con el Consejo Nacional de Huelga, entre
otros importantes actores. En este mismo tema, Federico claramente manifiesta
que la posición que tenía la Secretaria de Gobernación encabezada por Luis
Echeverría Álvarez era muy distinta, el resultado final de esta trágica
historia es conocida por todos, y lo más triste es que dos años después el
Secretario de Gobernación pasó a ser Presidente de la República.
Hablar de democracia en
los años que Reyes Heroles fue un político importante es impensable, y es
precisamente donde la figura de Don Jesús adquiere relevancia, porque fue él
determinante e influyente en la apertura de un sistema rígido y autoritario, el
ejemplo más puntual son las elecciones donde José López Portillo resultó electo
Presidente de la República, en ellas no tuvo contrincantes, fue precisamente en
el sexenio de López Portillo siendo Don Jesús Secretario de Gobernación, cuando
se realizó la importante reforma política.
Federico Reyes también se
refiere a Jesús Reyes Heroles como el hombre de letras que fue, manifiesta que
si bien era un hombre inteligente, su principal virtud era la disciplina para
el estudio, a pesar que Don Jesús tuvo grandes cargos nunca dejó de leer y
escribir, independientemente a lo que pensemos de Reyes Heroles el político, es
innegable que parte de la obra escrita de Don Jesús son lecturas obligadas, ejemplo
son los tres tomos que integran: El
liberalismo mexicano. Sobre la disciplina y dedicación a la lectura y
escritura Federico apunta:
“Muchos hablan de la inteligencia de Reyes Heroles y no les hace falta
razón. Pero pocos hablan de la
tenacidad. Con los años he caído en cuenta que era subdirector del IMSS,
agobiado de trabajo, diputado y, por si fuera poco, daba clases ¡a las siete de
la mañana! Aun así se dio tiempo para investigar consistentemente sobre el
siglo XIX o leer teoría política o mil cosas, más. Qué daríamos hoy por tener
en el poder, no digo esa inteligencia porque el terreno es resbaladizo, sí en
cambio esa curiosidad de conocimiento, esa pasión por el estudio, esa tenacidad
que transformó su vida. Él no perdía
tiempo: o estaba en la oficina la que fuera –en la cual sus escritorios estaban
inundados de cerros de libros.”
Siendo un hombre de
letras, Reyes Heroles disfrutó de grandes amistades con las que continuamente
se reunían a discutir sobre diversos temas, nombres como Miguel León Portilla,
Edmundo O´Gorman, Silvio Zavala, algunos encuentros con García Márquez, Julio
Cortázar, nos dan una clara idea de la figura que fue Don Jesús. Desde un
análisis muy subjetivo me atrevo a afirmar que hasta en eso en México hemos
involucionado, antes algunos de nuestros políticos eran verdaderos hombres de
letras, hoy ni siquiera tres libros han podido leer, y no olvidemos que la
forma es fondo, si no lo cree mire actualmente como estamos.
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