TIERRA DE BABEL
Por Jorge Arturo Rodríguez
¿Mejor que antes, calaca flaca?
“Cada año que
vivo los días 1 y 2 de noviembre, opto por convertirme en una ladronzuela,
porque voy a los altares y me echo a la bolsa dulces, panes, algo de comida,
tamales desde luego; si hay cigarrillos y un poquito de aguardiente, en fin, lo
que todo mexicano sabe de esto –aunque algunos sólo dizque conocen el dichoso
Halloween-, pero soy una ladronzuela a voces, a todas luces, días, sombras y
noches que bien lo saben los muertos y los vivitos y coleando. Porque de eso se
trata, caramba, de vivir la muerte, porque la vida es breve y tenemos que
andar. Y por muertes no paramos, o por nuestros muertitos idos de alguna u otra
manera, y duele hasta el alma recordarlos, pero así somos los mexicanitos, nos
gusta la mala vida y nos estamos acostumbrando a la muerte en cada esquina,
entre más violenta mejor. Qué caray, no más el perdón nos lleva al cielo, tanto
a los vivos como a los muertos. Si no, pregúntele a las autoridades y gobiernos…”
Así me dijo una señora indigente, que
me ofreció un panecito de muerto, y si no la detengo en su hablar, seguro que
me dice hasta de lo que voy a morir. Así que mejor la dejé ahí.
Alcancé a escuchar que la señora me
decía: “Todos los santos, todos los muertos, igual vamos por el camino, ciegos
o tuertos, o como borregos, hacía el mismo destino, igual hay que reírnos,
chínguese el diablillo, así somos los mexicanillos, muerte, calaca flaca, al
infierno o al cielo, aquí nadie está seguro, indios seremos pero no tarugos…”
No la escuché más. Caminé un buen rato, me senté en una banca del parque y me
puse a leer el artículo de Luis Miguel González: “Puedo probar, con datos, que
el mundo está mejor que hace 50 años: Steven Pinker”.
Los días y los temas
Les comparto una
parte.
“No soy un optimista, dice Steven Pinker, pero sí creo en el progreso y
como científico puedo probar con datos que el mundo está mejor que hace 50
años: hay menos violencia, menos hambre, menos pobreza, la gente vive más años
y con mejor calidad de vida.
“No soy un optimista, dice una y otra vez en la conversación. La
aclaración es necesaria porque se trata del pensador al que muchos consideran
“el optimista más influyente del mundo”. Pinker es profesor de Harvard y autor
de 16 libros. “Tengo claro lo peligrosa que es la nostalgia por un pasado que
no fue tan bueno y, a veces, fue francamente malo. Creo que hay que hacer un
mayor esfuerzo en argumentar en contra de la idea de que el mundo está en
decadencia. Esa idea goza de prestigio en la filosofía desde hace mucho tiempo,
con autores como Schopenhauer, Nietzsche, Sartre y más recientemente Foucault y
Derrida. Son pensadores muy importantes y muy populares en las universidades,
entre los estudiantes (...) Algo nuevo es que esa idea ha permeado en la
política contemporánea. Muchos de los que votaron a Trump piensan que su país y
el mundo está mucho peor que hace una generación (...) Eso piensan, en otros
lugares, muchos de los que apoyan a líderes populistas”.
“Los datos dicen que sigue teniendo tasas muy altas de crimen. Puesto
en perspectiva, hay que tomar en cuenta que el mundo tiene dos zonas rojas de
criminalidad: África, al sur del Sahara, y América Latina, son varios países,
Honduras, El Salvador, Colombia y México. Estoy consciente de lo difícil que es
vivir con niveles altos de violencia, pero es importante estar conscientes de
que la tasa de homicidios es mucho más baja que hace un siglo”.
El artículo sigue: “Hace un recuento de grandes ideas que admira: la
selección natural de Charles Darwin; la máquina de pensar de Alan Turing, y la
teoría lingüística de Noam Chomsky. También habla de ideas que le provocan
terror: “en la ciencia actual, las investigaciones que buscan crear agentes
patógenos en el laboratorio. En el campo de lo filosófico-social, una de las
ideas actuales que me parece más peligrosa es que los males del mundo son culpa
o responsabilidad de unas cuantas personas malas. Me preocupa porque creo que
es equivocada y porque puede llevar a persecuciones de grupos, como ocurrió en
otros momentos de la historia. Pienso en las cacerías de brujas, en la
persecución de los judíos y en las purgas en la Rusia soviética. Los males del
mundo son complejos y debemos esforzarnos por entender esa complejidad, si
queremos resolverlos. Es importante oponer resistencia a las explicaciones
simples”. (eleconomista.com.mx, 28/10/19). Ta güeno.
Pero la muerte sigue teniendo permiso, porque si no ¿qué sería de la
humanidad? Ahí se la dejo.
De cinismo y anexas
Nos vemos la
próxima semana, si aún estamos vivitos y coleando. Por lo pronto ahí les van
unos chistes muertos:
*Después de medio siglo de matrimonio, él se muere, y al poco
tiempo después, ella también y se va al cielo.
En el cielo, ella encuentra al marido y corre hasta donde él
y le dice:
- ¡Amor mío! ¡Qué bueno encontrarte!
Y él responde:
- ¡No me vengas con esas! El contrato fue clarito: ¡Hasta que
la muerte nos separe!
*-Antonia, prométeme que cuando me muera te casarás con Paco.
-Pero, si es tu peor
enemigo.
-¡Pues por eso, que se joda¡
*En la facultad de medicina y ante un cadáver, el profesor le
pregunta a un estudiante:
-¿Cuál ha sido la causa de
la muerte de este individuo? El alumno se pone a examinar el cuerpo, ve que
tiene numerosas puñaladas en el tórax y responde:
-Ha muerto de muerte
natural.
-¿Cómo que de muerte
natural? ¿Usted no ha visto las puñaladas?
- Hombre...es que con esas
puñaladas lo natural es que se muera. ¡Digo yo!