lunes, 31 de julio de 2017


Contraesquina Política

Miguel Ángel Yunes Linares: El ocaso de un mal gobernante.

 Por: Fernando Martinez Plascencia

El dato es duro, implacable, horrorizante; ocupamos el primer lugar en el delito de secuestros. Lo dice el Secretariado Ejecutivo del Fuero Común, dependiente de la Secretaría de Gobernación.

 
Por desgracia, en solo seis meses ya se rebasó el último año de gobierno del nefasto Javier Duarte, y vaya que con el hoy recluido en el penal del reclusorio norte nos fue como en feria, no la veíamos, y nos topamos de frente con estos datos que nos pone a pensar qué clase de gobierno tenemos, que no solamente no puede, sino que trata de frenar los datos, con declaraciones que más que ayudar, hunden al actual gobernador por su enorme incapacidad, y su insensibilidad ante un tema tan delicado.

 

Miguel Ángel Yunes Linares ha sido rebasado por la delincuencia organizada o desorganizada como usted le quiera llamar -con eso de que no quieren aceptar esa palabra, que porque una cosa es eso y otra muy distinta grupos delictivos- en fin, el caso es que al final de cuentas es el mismo resultado; homicidios, secuestros, robos, extorsiones, y un rosario de delitos que mantienen a Veracruz en el vilo del espanto y el miedo.

Mucha ineptitud de las autoridades para contener los datos que son aplastantes para un gobierno que presumió de saber cómo combatir  a la delincuencia y devolver la paz y la tranquilidad al pueblo veracruzano, que soñó que un cambio de gobierno podría hacerse una realidad. Vaya chasco que no estamos llevando cada día al despertarnos.

Las cifras no mienten. Ya no se puede ir a ningún lado por el temor de estar en el momento y el lugar equivocado.

Se matan entre sí, dice este mal gobernante llamado Miguel Ángel Yunes Linares, es entre malosos grita tratando de justificar su ineficacia y su irresponsabilidad, pero eso a nosotros no nos importa, porque si pudiéramos pedirles a estos señores que fueran a matarse o ajustar sus cuentas en medio del mar,  o al desierto, sería maravilloso, sería lo ideal, pero no, se matan en pleno centro, y en cualquier lugar donde se encuentren, cines, bares, centros comerciales, restaurantes, en plena calle, donde sea.

En el mundo de la delincuencia no hay cabida para la caballerosidad señor Miguel Ángel Yunes Linares. Por si no se ha dado cuenta, estos señores ajustan sus cuentas donde sea, y en este sufrido Veracruz, cada día que pasa, más familias abandonan sus hogares por temor a ser estadísticas colaterales de esa delincuencia que usted no quiere reconocer por el ego de no aceptar que el paquete de gobernador le ha quedado muy grande.

Señor Miguel Ángel Yunes Linares, si usted tuviera un poquito de dignidad renunciaría por haberles mentido a los veracruzanos cuando dijo que acabaría con este tipo de delitos como es el secuestro, y los homicidios o ejecuciones perpetrados por la delincuencia organizada.

La entidad veracruzana ocupa el primer lugar en el delito de secuestro, ese que lastima y hiere profundamente a los veracruzanos, el mismo que ha enlutado a cientos de familias en nuestro territorio.

El cambio no se siente, sabemos que no hay dinero en el estado, que se lo robó el corrupto de Javier  Duarte y su gavilla,  no hay obras de infraestructura, no hay empleos, estamos atravesando una severa crisis, lo entendemos, pero lo que no comprendemos señor Miguel Ángel Yunes Linares, es donde escondió toda esa experiencia que dijo tener para erradicar la violencia en nuestro estado, donde la metió, a quien se la prestó o regaló, digo, para tratar de entender su insuficiencia policial, su irresponsabilidad que lo ha arrastrado a sostener a un bueno para nada en la secretaría de seguridad pública como lo es Jaime Téllez Marie, quien no ha dado ningún resultado alentador que cambie el panorama sangriento que vivimos.

Miguel Ángel Yunes Linares debe estar consciente que su cuate del alma, hoy titular de la policía estatal no sirve para nada, sostenerlo abunda en el sospechosismo que él mismo señaló en contra de Arturo Bermúdez Zurita, cuando decía y pedía su renuncia por su ineficacia, por las complicidades y corrupción que lo unía al ex gobernador, y sin embargo, éste se negaba a pedirle su renuncia, incluso todavía se recuerda cuando Javier Duarte dijo que primero se iba él y no su secretario de seguridad pública, por eso la pregunta sería, ¿qué negocios unen a Miguel Ángel Yunes Linares con Jaime Téllez Marie para seguir sosteniéndolo en ese cargo, que definitivamente no ha sabido ocupar y que le ha quedado demasiado grande?

Téllez Marie hundirá a Miguel Ángel Yunes en sus aspiraciones de querer perpetuarse en el poder a través de algunos de sus hijos o allegados el próximo año.

El peor error que ha cometido hasta ahorita el gobernador es sostener contra viento y marea a su secretario de seguridad pública.

 

Al igual que Javier Duarte será su tumba política. Vaya simulación de un gobierno a otro.

 

Simulación, si, así es. Todavía se recuerda a Miguel Ángel Yunes criticando los operativos policiacos y la voracidad de Javier Duarte quien siempre buscaba la forma de sacarle dinero al pueblo, año con año inventaba algo para hacerse de recursos económicos. Cuantos emplacamientos no vivimos, siempre mentandole la madre al gordo y al congreso local que todo le aprobaba, y al final se terminaba por pagar a regañadientes. Todo este clamor de coraje lo supo canalizar MAYL, y fue tema durante su campaña para ganar la gubernatura, por el enorme descontento hacia una clase gobernante del priismo sumido en el estiércol.

Después de una breve luna de miel en cuanto a la ordeña de dinero, al fin despertó el avaricioso gobernador y sale con la misma jalada de siempre; hay que llevar a cabo un  reordenamiento en el transporte público.

La verdad, hay que decirlo, muchos actos delincuenciales son llevados a cabo por falsos taxistas que ocupan este noble oficio para delinquir. Hasta ahí estaba bien, un reordenamiento para conocer quién es el chofer y tenerlo bien identificado.

Sin embargo esto se convirtió en una gran transa de MAYL para terminar de acabar con cualquier sueño o esperanza de los ciudadanos que creyeron en un gobierno del cambio.

No le importó la severa crisis económica, que no solamente atraviesa el gobierno, sino los ciudadanos en general, y sobre todo aquellos que se dedican a este oficio de ser taxistas, o del transporte de pasajeros en cualquier modalidad. No tomó en cuenta que Javier Duarte de Ochoa puso en circulación miles de concesiones en todo el estado, haciendo más difícil esta actividad que hoy en día tiene una enorme competencia, y con ello haciendo casi imposible cubrir la cuenta y sacar para la comida diaria.

Son alrededor de quinientos millones de pesos que se echará a la bolsa este mal gobernante que le vino a dar otro golpe a la sufrida economía de un gremio en decadencia, que tendrá que pagar-con mentadas de madre- algo así como dos mil pesos cada uno. Todos aplaudieron el reordenamiento, pero nunca se imaginaron que la voracidad que tanto criticó el actual gobernador en contra de JAVIDU por sus transas, se transmitirá en su persona.

Es a capricho del gobernante en turno el cobro de cualquier impuesto, cada maestrito con su librito dice el dicho, hoy son los del transporte público, mañana no lo dude usted, inventará un nuevo cobro en contra de aquellos ciudadanos que tengan un vehículo, ya lo verá.

Pero no solo el gremio del transporte público y ciudadanos del estado de Veracruz están arrepentidos de tener a MAYL, como gobernador, sino hasta el PRD, el partido que lo ayudó a ganar, a quien hoy los desconoce, los somete y pisotea a voluntad. La ruptura con Sergio Rodríguez Cortés, ex presidente de la Comisión de Hacienda no es fortuita, es la danza de miles de millones de pesos que pretende ocultar, no se sabe cómo los está gastando, y se niega a transparentarlo. No permite rendijas al escrutinio de la caja chica o grande, de donde saldrán, seguramente, miles de millones de pesos para la siguiente campaña.

Lo peor, el congreso local se ha convertido también en lo que tanto vocifero en contra este mal gobernante: ayer cómplice de Javier Duarte, hoy de Miguel Ángel Yunes Linares. Cambiaron los personajes, pero la obra de teatro sigue siendo la misma.

 

Es un viejo zorro con las mismas mañas de siempre. Es el gobierno que simula ser del cambio. Son como las víboras que solo cambian de piel.