jueves, 27 de julio de 2017

Esfera Política
Ricardo Vázquez Salazar
     El atraco también fue “a la altura de su investidura”
Días antes de que se escapara y se girara orden de aprehensión contra Javier Duarte de Ochoa, el pastor de la anterior Legislatura local, Juan Nicolás Callejas Arroyo, se ufanaba de exculpar a Duarte: “No le han comprobado nada”. En la actualidad, su vástago, Juan Nicolás Callejas Roldán, coordinador del rebaño tricolor en el Congreso veracruzano, afirma que no existen elementos suficientes ni pruebas contundentes para demandar el desafuero de su compañero de bancada, Juan Manuel del Castillo González, de quien hace alarde de su inocencia con las mismas palabras que utilizó su progenitor.
Despierta curiosidad el hecho de que la Procuraduría General de la República, PGR, haya solicitado al Departamento de Justicia de los Estados Unidos investigar en ese país a Javier Duarte, por la compra de diversos bienes muebles e inmuebles, así como inversiones adquiridas, en Manhattan, Miami, Phoenix.
De igual manera la PGR en colaboración con el gobierno suizo llevan a cabo una investigación sobre las cuentas bancarias de Moisés Mansur, las pesquisas incluyen una petición directa sobre la existencia de cuentas y bienes a nombre de Javier Duarte. Fuentes enteradas aseguran que la Procu contempla tareas en España y otros países en los que se tienen indicios de que Duarte de Ochoa, sus operadores y prestanombres llevaron a cabo inversiones con el dinero de los veracruzanos.
El yate italiano con valor de 790 mil dólares, que según compro Javier Duarte para presumirlo en las celebraciones del Día de la Candelaria en Tlacotalpan, argumentó que la adquisición la hizo porque debía tener una embarcación “a la altura de su investidura”.
Hoy nos percatamos que además del yatecito, lo que igual coexistió “de altura” fue la voracidad insaciable, para haber llegado a ese extremo de saqueo de las arcas estatales. No fue cualquier cosa lo que hicieron, las repercusiones, los efectos negativos golpearon y siguen golpeando a los veracruzanos.
Las múltiples carencias y la enorme problemática que sembraron son reales. La necesidad de recursos es inmensa, los que existen son insuficientes.
Hasta donde se sabe, los bienes obtenidos de forma ilícita por Javier Duarte y su pandilla están al parecer detectados, en Boca del Río, CDMX, Córdoba, Houston, así como en España y Costa Rica, entre otros.   
¿Qué ha sucedido con las propiedades adquiridas indebidamente, producto del saqueo?
Sería de gran valía que se pudieran confiscar todas esas propiedades identificadas con anterioridad y se devolvieran a los veracruzanos.
Es injusto que Javier Duarte y su familia sigan despilfarrando el dinero sustraído.
Están haciendo falta, mucha falta esos recursos en Veracruz.